La Voz de Galicia
Serantes
Tecnología y productividad en movilidad
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Enganchados en la red

Entre los que estamos al tanto del denominado mundo de la Web 2.0 la desconexión no es el «estado ideal», sin embargo, una vez lo has catado, la vuelta se hace muy cuesta arriba. Este ha sido mi caso.

En estas vacaciones he tomado, mitad por obligación y mitad por decisión unos días de desconexión total. Aunque inicialmente me llevé conmigo todo el arsenal tecnológico, resulta que al final las opciones de conectividad eran muy reducidas y las ganas de estar con la familia pusieron el resto, resultando en un estado offline total.

Posición con los que eligen no desconectar

Me ha hecho reflexionar esta situación, pues unos días antes de viajar, sí estuve leyendo mis feeds y llegué a un artículo de La Voz de Asturias en el que entrevistaban a varias personas, Enrique Dans incluido, bajo el título «Nunca viajaré sin mi portátil». Al leer el artículo me ubiqué en la posición de los que no se despegan de su conexión de datos en su terminal móvil avanzado (smartphone) y de los que mantienen el ritmo de publicación de artículos en blogs parejo al desarrollado en período no vacacional.

Sin embargo, al volver del período de desconexión he cambiado en cierto modo mi forma de ver el asunto y es que un parón total de la vida tecnológica, sin leer las redes sociales, los periódicos online ni los blogs que más te gustan puede resultar en un aumento de la motivación para la vuelta, las ganas de contar cosas y sobre todo en un enfoque diferente de ese pequeño mundo que se han montado en torno a Internet, sus servicios, sus aplicaciones y las conexiones que se han generado entre máquinas y personas.

Cambio de postura. Rectificar…

A partir de ahora me propondré una desconexión periódica, semestral quizá, que venga a aportar el oxígeno necesario. Del mismo modo que se aconseja tomar líquidos antes de llegar a tener sed, he visto que tomar un descanso antes de que sea necesario puede ser una buena idea, así que me lo aplico.

Es verdad que he seguido utilizando equipos tecnológicos, he utilizado el móvil para las llamadas necesarias, he utilizado servicios de localización y GPS para buscar sitios de interés y restaurantes y también me he atiborrado de libros leídos a través de la pantalla de mi lector de libros electrónicos actual, el iPad de Apple. Sería una tontería no aprovechar las ventajas que ofrece la tecnología, no hay que confundir la desconexión con la «vuelta a la edad de piedra».

Me gustaría conocer vuestra opinión sobre la necesidad de desconexión de Internet y de los ordenadores en general durante la época estival o con determinada frecuencia a lo largo del año: pensando en un par de botones clásicos de aplicaciones informáticas…¿Aceptáis o Canceláis la desconexión?

Saludos

David Serantes

Foto: Galería de yoghaert