La Voz de Galicia
Serantes
Tecnología y productividad en movilidad
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Teléfono-Emergencia

Piensa durante 30 segundos en qué haces cuando alguien te dice en un correo electrónico que un asunto es muy importante para él y que necesita tu ayuda. Ahora piensa lo mismo en los casos en que esto llega a través de una llamada telefónica. ¿Haces el mismo caso en ambas situaciones? Es muy probable que la respuesta sea no.

No prestamos la misma atención a una llamada en la que el interlocutor nos transmite la sensación de que algo es importante para él que si nos lo pone por escrito. La razón es que a través de la comunicación oral tendemos a confundir la importancia de las cosas con la urgencia de las mismas.

Esta confusión puede hacer que dejemos colgada alguna tarea en la que estamos trabajando; primero porque esa llamada telefónica nos ha interrumpido y en cierta medida le hemos permitido que sea más importante que lo que estábamos haciendo. Y además si quien nos llama es capaz de transmitirnos la sensación de que le importa mucho la tarea para la que nos pide ayuda, entonces tenemos el conjunto perfecto para anular nuestra actividad anterior, en la que estábamos perfectamente ocupados.

Os recomiendo que siempre que  alguien os llame para pedir una tarea «importante» no lo dudéis: preguntad si la cuestión es urgente y también si tiene un plazo muy corto de entrega y necesita que tu dedicación sea inmediata. En la mayor parte de las ocasiones podemos dar una respuesta después de haber acabado con lo que teníamos entre manos.

Si no tenemos toda la información de parte de quien nos llama, entonces nuestro cerebro se encargará de transformar en urgencia lo que tan solo era algo importante y dejaremos todas nuestras actividades planificadas para hacer la nueva petición vía telefónica. Esto no es un gran problema si no se convierte en algo habitual.

Recuerda, no dejes que tu teléfono te haga convertir lo importante para alguien en urgente para ti.

Saludos

David Serantes