Nuestra playa favorita en Meirás (Valdoviño) con un buen día. Esto sí es un paraíso en la tierra. Y además, con el agua a buena temperatura este año.
No os la podeis perder.
Saludos
David Serantes
P.D. Ha salido también en La Voz de Galicia hace unos días.
Que quede clara una cosa… nunca me gustaron las playas, todo, y cuando digo todo, es TODO: toallas, bañador, en los rincones más profundos, tanto ajenos como propios, en los bocatas, en el boslillo interior escondido en el bolso con cremallera que pusiste a buen recaudo, «tó pa ná…», el salitre, esa segunda capa de piel que parece que llevaras armadura… no aguanto todas esas cosas, porque todo ello conlleva llevártelo puesto de vuelta hasta que llegas a casa y te llega (por finnnn!!!) el turno de meterte en la ducha… te quitas el bañador y te raspas con el salitre y la arena, y lo tiras al suelo y se queda de pie, como los capotes de los toreros…
Es más… casi podría hablar de «odio», pero eso sería quizá algo exagerado, y por muy sevillano que sea uno, las cosas han de estar en su justa medida, así que me puede el Libra que hay en mí más que el sevillano de nacimiento y de raíces que soy. Como las cabras… que tiran al monte, oiga… a mí me ponen un cerro por delante, máxime si tiene algo de vegetación, y me vuelvo híbrido de Pedro y Heidi, pero no vengamos con la bromita fácil: no un ser hermafrodita… lo digo por lo de corretear (en mi caso renquear) por las laderas… de jovencito tuve el inmenso honor y placer de conocer los Pirineos por la parte de Andorra, y viajé por entre ellos hacia Perpignan… y perdí mi corazón allí. Lo mío es la montaña.
Ahora bien… años más tarde conocí las playas del norte de España, y señores… no sé por qué siempre se viene tó la peña aquí abajo a Andalucía, y conste que estoy tirando piedras sobre uno de los pilares de la economía de esta parte del país… el turismo. No me importaría ser usuario de las playas que he visto por el norte de la península: País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia. No es que haya visto muchas, recuerdo muy pocas, pero lo poco que recuerdo es común a todas: mar vivo, aguas azules, y una arena que no tiene pinta de ser tan cariñosa como la del Sur… no lo sé con seguridad, pero al menos sé que si me canso de la playa, en nada tengo montaña, así que, feliz como perdiz.
Perdón por el tocho, pero es que con el tiempo que hace que no puedo disfrutar de unas vacaciones como dios manda, entre mudanzas, cambios de trabajo y ahora las Leopardas, hace ya años… y hasta una playa me valdría… y claro… pone usted estas fotos, y se pone uno cardíaco.
Gracias por hacerme soñar, Boss… algún día tengo que llevar a mis Leopardas a conocer ese tipo de playas.
Abrazos, dave
Daveimac, sería genial que te vinieras con toda tu troupe, fíjate que tenemos toda la parte izquierda de la playa reservada sólo para las visitas VIP…
Y que sepas que quermos «la caló» del sur y su pescaíto y su alegría y un montón de cosas que no caben en comentario de post.
Ahora se lleva mucho el intercambio de domicilios y si prometes que tus «twin sisters» no arañan los muebles, podemos pensar en un intercambio inmobiliario 😉
Abrazos
David Serantes
P.D. Me reído «una jartá» con tu emotivo recuerdo montuno-infantil