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Tecnología y productividad en movilidad
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Tal y como he comentado en la entrada anterior de David, hace unas horas he recibido un Acer Aspire One 150 AB (modelo con 80 GB de disco duro, 1 GB de RAM y Linux como sistema operativo), y comienzo pues a comentaros mis primerísimas impresiones.

Antecedentes. Asus EEE 700

Debido a su reducido tamaño y al precio similar (a veces, incluso inferior) a otros dispositivos como PDA y similares que uso para los mismos fines, llevo tiempo sopesando la opción de adquirir un equipo de este tipo. De hecho, como sabréis, tuve una esperiencia de lo más fugaz, más por vicio cacharrero que por otra cosa, con un Asus EEE, si bien este equipo no cumplió en absoluto mis expectativas.

Como finalmente quedó pendiente la reseña del Asus, resumo aquí diciendo que no me convenció principalmente por los siguientes motivos:

– Se trataba del modelo más básico de los Asus EEE, sin posibilidad de ampliación, con menos aplicaciones preinstaladas de las que se suponía que incluía y sin prácticamente espacio para añadir más.

– Imposibilidad de ampliarle la memoria (al menos de forma sencilla) al no disponer de una tapa de acceso a las ranuras de memoria.

– Lo reducido de su pantalla y la mala resolución hacían que fuese muy incómodo de manejar y se me cansaba la vista rápidamente.

– Teclado excesivamente pequeño, además de tener la distribución británica.

¿Por qué un ultraportátil barato (netbook)?

Pese a que no me gustó esta primera experiencia con el Asus, veía que los nuevos modelos de 9″, con mayor potencia y totalmente en español cubrían muchos de los fallos que le había encontrado a este primer modelo, por lo que llevaba un tiempo con ganas de darles otra oportunidad a este tipo de equipos. En mi caso, las ventajas que les veo es poder disponer de un ordenador muy portátil y económico (que no me dé demasiado miedo llevarlo a cualquier parte y dejarlo por ejemplo en un hotel mientras estás fuera). También me parece interesante como equipo «de sofá».

Me ha surgido de forma repentina e imprevista un viaje a China para la semana que viene. Normalmente, cuando voy de vacaciones no llevo nada relacionado con mi trabajo, pero debido a lo repentino de este viaje necesitaré puntualmente poder conectarme a Internet y quizás responder a correos y visualizar documentos en algo más que la pantalla de un móvil. Como no me hacía ni pizca de gracia cargar (además del riesgo que supone) con el Macbook Pro y, además, como el que no tiene excusas es porque no quiere, he aprovechado para volver a probar un ultraportátil de estos.

La elección

El tamaño del EEE 700 es espectacularmente pequeño (realmente no te haces a la idea hasta que lo tienes en la mano y ves que ocupa como un libro ni muy grande ni grueso). Los modelos de 9″ ya empiezan a estar un poco en el límite, mientras que, en mi humilde opinión, los de 10 y mayor tamaño ya empiezan a acercarse peligrosamente a otra clase de equipos ya no tan ultraportátiles. Por ello, finalmente la decisión quedó entre el Asus EEE 901 y el Acer Aspire One. El primero me ofrecía una duración de la batería mucho mayor, un tochpad más grande y cómodo, y un mayor grosor pero menos anchura, mientras que el Acer me ofrecía principalmente un teclado mucho más cómodo (se acerca bastante al de cualquier portátil de 13″), más capacidad de disco duro (poco importante en mi caso dada la utilidad que le pienso dar) y, por lo que comentan, una mejor pantalla. Pese a que me atraía la mayor duración de la batería del Asus y su tamaño más similar al del EEE 700, la mala experiencia con el teclado de este último terminó desequilibrando la balanza a favor del Acer.

Primerísimas impresiones

De momento, apenas lo he tocado y muy poco puedo decir, pero resumiré muy brevemente mis primerísimas impresiones:

– El diseño, teniendo en cuenta que hablamos de un equipo relativamente barato, es bastante atractivo. Pese a tener un tamaño sensiblemente superior al Asus EEE 7XX, sigue siendo lo suficientemente cómodo como para llevar a cualquier parte.

– El teclado es muy cómodo de usar, bastante similar a usar el en un portátil pequeño «clásico». Sin embargo, el tochpad es pequeñísimo e incómodo de usar al haberse optado por cuestiones de espacio a poner los botones en los laterales en lugar de la parte inferior.

– El adaptador de corriente es pequeñísimo (aunque no tanto como el del EEE 7XX, que es poco más grande que el de un Nokia de los viejos). Curiosamente, ocupa bastante más el cable plegado que la parte del transformador 🙂

– La pantalla se ve MUY bien, nada que ver con el Asus EEE 7XX.

– La funda, denostada por muchos, a mí me parece interesante. No se trata de una funda protectora acolchada (lo que le quitaría la gracia de ser tan pequeño), sino de una delgadísima funda de imitación a piel que básicamente protege frente a rayazos.

– No es que haga demasiado ruido, pero se puede oír prácticamente en todo momento un leve sonido del ventilador. Se ve que estoy mal acostumbrado con el Macbook…

El futuro

¿Me quedaré con este equipo? La verdad es que en estos momentos no sé lo que haré. Como he dicho antes, me lo he comprado fundamentalmente por la conjunción entre el cacharreo y una necesidad muy puntual. En función de mis impresiones (que ya contaré en una segunda parte de esta entrada) decidiré si finalmente me lo quedo como equipo «de sofá» y en la recámara para futuros viajes y desplazamientos o si bien me deshago de él por no acumular demasiados cacharros con funciones similares (ya tengo un ordenador de sobremesa y un portátil). Para la navegación de ocio me parecen más interesantes equipos de bolsillo como las Tablet de Nokia o el iPhone/iPod Touch, especialmente si las primeras tuviesen una navegación un poco más ágil (a ver qué tal evoluciona el navegador Fennec que está desarrollando Mozilla) y los segundos una pantalla un pelín más grande y opciones como seleccionar, copiar y pegar. Si Apple se decidiese a sacar realmente algo como un iTouch más grande, no tendría ninguna duda, pero como tengo nada claro que pueda ver cumplido este deseo a corto plazo, quizás sí que tenga AspireOne para rato…

Saludos,

Doalvares