La Voz de Galicia
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Doce y media de la noche en Alfonso Molina, la avenida de salida de A Coruña. Límite 80 km/h. Bastante tráfico, es noche de sábado. Acabo de incorporarme a la vía procedente de Arteixo y un 206 blanco va pegado a mi matrícula trasera. Le sigue otro coche del mismo modelo. De repente, uno me adelanta por la derecha y otro por la izquierda. Pisan a fondo. El ruido es atronador. Huele como en las carreras. Los dos coches avanzan entre el tráfico, zigzagueando entre los tres carriles. No les importa el resto del tráfico, solo quien llega antes. Es un pique. Se conocen. Los veo charlando en la meta. Era la gasolinera. Apenas 700 metros de adrenalina. Unos segundos de disfrute poniendo en riesgo varias vidas. ¿Habrá merecido la pena? ¿Será esta una pista de carreras de madrugada?