Cuidado. No quiero ser agorero ni pesimista, pero desde que se ha restablecido la limitación máxima a 120 por hora se han disparado los accidentes graves y el número de muertos. Evidentemente esto es solo un dato y puede deberse a una casualidad, pero habrá que analizarlo con detalle. Lo cierto es que este fin de semana ha sido dramático en toda España, pero también en Galicia, ya que en solo cuatro días murieron cuatro personas. Y pudieron ser muchos más, porque en el accidente de Rianxo, en la madrugada del sábado, hubo ocho heridos. Ya sé que muchos diréis que ninguno de los accidentes fue en una autovía o autopista, pero creo que el aumento del límite máximo implicó una relajación al volante y corremos más en todas las carreteras. Es lo contrario a lo que pasó con el 110, cuando descendió la velocidad media en todos los tramos. Espero no tener razón.
Yo también espero que no tengas esa razón. Como especialista que eres en este tema del tráfico, sabes a ciencia cierta que no se puede resumir a una sola variable, el número de accidentes-heridos-muertos que se producen en un espacio dterminado de tiempo. Al contrario, son muchas circunstancias las que intervienen y a veces, pues sí, la casualidad hace que se «disparen» las estadísticas. Y dicho esto, podríamos convenir que la vuelta al límite de 120 estaba cantada, porque la panacea que nos vendieron con el 110 del ahorro no se cumplió, porque sólo nos vendieron humo y no se profundizó en lo verdaderamente importante: SEGURIDAD VIAL. No hay más que ver que la medida se tomó en medio de un paquete anticrisis económica, y «de refilón» se mencionaba la seguridad en el tráfico. Y así no puede ser. Los bandazos en cualquier decisión de una comunidad son peligrosos por definición, pero en este tema además de peligrosos derivan en unos costes sociales incalculables, a los que nadie quiere valorar, porque las cifras asustarían, los recursos y su previsión quedarían obsoletos, algunos politicos tendrían que esconder la cabeza como el avestruz,…. y eso, no se estila. Entiendo que debemos observar estos accidentes desde una perspectiva más amplia del tiempo, conocer todos los datos (atmosféricos, infraestructura, alcoholemias, medicación, estado del vehículo, etc. etc.), relacionar velocidad y edad, en fin, tantas cosas. Y todo ello, no es óbice para entender que la velocidad SÍ INFLUYE en la siniestralidad, sin duda ninguna, pero como decía el clásico: No dejemos que los árboles no nos dejen ver el bosque (o algo así, ya me entendéis).
Un saludo