La Voz de Galicia

La última columna

No suelo leer mis columnas. En cuanto las envío al periódico o a la revista, me esfuerzo por olvidarlas.

En las últimas semanas se produjeron dos excepciones. El 16 de agosto, mientras hacía una llamada telefónica, tropecé con unas líneas de mi columna en La Voz. El periódico estaba doblado delante de mí y me fijé: leí una frase que no era mía. Volví a fijarme. La columna contenía otras frases que tampoco me pertenecían. Enseguida pude comprobar que tenía también más cambios de párrafo de los que yo había puesto. 

El día anterior me habían llamado a las nueve de la noche porque faltaba mi columna. Dije que la había enviado, pero que volvería a mandársela en un minuto. A ese incidente técnico debio de unirse otro: por alguna razón, mi texto era mucho más corto que el espacio asignado. Se ve que el jefe de opinión decidió no … Seguir leyendo

Máximas sobre escritura

Me preguntan por Nicolás Gómez Dávila, a quien cité en la columna del sábado. Fue un filósofo autodidacta, colombiano, que adquirió notoriedad justo antes de morirse, y gracias a que algunos filósofos alemanes le conocieron y tradujeron. De hecho, supe de su obra a través de Alejandro Navas, a quien se lo había recomendado su maestro alemán Robert Spaemann. Gómez Dávila se definía como «reaccionario», aunque en un sentido muy alejado del actual: el decimonónico, equivalente a contrarrevolucionario.

Sus libros de máximas, los Escolios a un texto implícito, son una delicia, aunque a veces pueden resultar irritantes. Recojo aquí algunas de sus consideraciones en torno a la escritura como arte y oficio. Hay muchas más, son sólo las primeras de una recopilación que he ido haciendo a medida que leía. Ojalá interesen:

-Mientras el escritor anhele seducir, su prosa titubea.
-La poesía acostumbra, como todas las apariciones milagrosas, decir
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