La Voz de Galicia

Reyes cansados

(Dedicado a Prometeo: él sí que tiene unos Reyes cansados)

Una madre me contaba, riéndose, la reacción de su hijo pequeño al explicarle ella la historia de los Reyes Magos que llevaron al Niño oro, incienso y mirra. «¡A mí que no me traigan mirra!», dijo el chavalín enfurruñado. También me reí yo, porque recuerdo haber pensado lo mismo a su edad, aunque quizá no llegué a decirlo. Como el pequeño, desconocía el significado de aquella palabra y su simbología, pero me sonaba mal. Los niños están para ser adorados y lo saben, por eso son inflexibles en sus exigencias, a veces hasta la crueldad. Especialmente, cuando el cariño se envuelve en papel vistoso: quieren regalos ya, no reparan en su valor material o en el sacrificio que puedan significar y, si no se les corrige, terminan por prescindir también de lo importante: del afecto que esconden. A los … Seguir leyendo