La Voz de Galicia

Retóricas

En las discusiones clásicas, me lo recordaban hace unos días, resultaba obligado que quien pretendía refutar a alguien comenzara por repetir la tesis del contrario y pedir su consentimiento. Algo como: «¿Está de acuerdo en que usted dice esto?». Solo entonces empezaba a rebatir. De este modo, ambas partes se aseguraban que discutían sobre lo mismo. Porque el truco retórico más elemental, y menos elegante, consiste en reformular la tesis del contrario del modo que a uno más le conviene, por supuesto sin pedirle permiso, y luego desmontarla graciosamente.
La artimaña puede verse todos los días en el Parlamento y en el rifirrafe mediático. Y para una vez que se da un cierto debate social sobre algo, aparece también la vieja y socorrida trampa sofista. No me refiero a la ministra Aído, que hace lo que puede con sus argumentos: tuvo que claudicar ante las protestas de los discapacitados, … Seguir leyendo