La Voz de Galicia

Es un poema

Aquellos versos de T. S. Eliot, tan leídos, me alcanzaron de una manera nueva cuando los evocó Alejandro Llano anteayer: los hombres «tratan constantemente de escapar / de las tinieblas de fuera y de dentro / a fuerza de soñar sistemas tan perfectos / que nadie necesitará ser bueno». Y me alcanzaron de un modo nuevo porque hablábamos de ética pública y corrupción en un curso organizado por la Escola Galega de Administración Pública y la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre. Es verdad: no existe el sistema político perfecto que nos libere del trabajo de ser personas, de ser buenos. Y en esa clave coincidían los ponentes como ayer mismo podía leerse en la entrevista a Javier Gomá: la corrupción es un problema de virtud personal y no solo ni principalmente de los políticos, sino de la sociedad entera.

Claro que esta solución no tiene atajos ni responde al inmediatismo tan … Seguir leyendo

Ideas grandes

En contra de lo que tantos vaticinaron, la caída del muro de Berlín no supuso un triunfo del modelo occidental y de la democracia, sino más bien su crisis, la puesta en evidencia de una falta de identidad, de ideas y de líderes en un contexto mucho más complejo que el anterior: el del blanco y negro y los dos bloques de la guerra fría. Se habla de crisis de la democracia por todas partes, y me parece que esa crisis se debe al intento de mantener la simplificación dualista en un mundo casi completamente distinto, que necesita menos simplificación y más interpretación. Pero la interpretación de calidad no abunda, sino la otra, la atrincherada, la de buenos y malos, la tabernaria, la de aquellos que escriben para quedar bien.

Como es lógico, el mal se ha contagiado a la política, de la que han desaparecido aquellos personajes a los … Seguir leyendo

Programa político

Releí ayer aquel famoso cuento de Isaac Asimov en el que, por un error de diseño, construyen un robot capaz de leer los pensamientos humanos. Los científicos advierten enseguida el problema, pero ni saben qué falló en el sistema de producción ni se percatan de todas sus consecuencias, porque no caen en la cuenta de que, además, el robot traía inscrita de serie a la Primera Ley Fundamental de la Robótica: «Un robot no debe lesionar a un ser humano, ni mediante la inacción llegar a producirle daño». Resultado: cuando cualquiera le preguntaba algo, el robot siempre contestaba lo que sabía que el otro quería escuchar, para no herirle. Como es lógico, montó un carajal de cuidado y, por fin, terminó él mismo de mala manera, con sus circuitos girando en bucle, arruinados para siempre.

Los robots no saben querer y, por tanto, les resulta imposible percibir que decir siempre … Seguir leyendo

Borroso

No me hagan mucho caso. Dice un amigo muy listo que mis artículos están bien si no hablo de política y voy a hablar de política. Me faltan claves, seguro, y herramientas de análisis suficientes, pero mi impresión de lo que ha ocurrido en la última encuesta del CIS se aparta bastante de los comentarios al uso y, por si tiene algo de verdad, me atrevo a compartirla. En primer lugar, y aunque se considere raro, pienso que la caída en intención de voto del PP no arranca tanto de la corrupción como de la retirada de la ley del aborto. De hecho, las encuestas de diversos medios y en varias comunidades autónomas mostraron inmediatamente un descenso en picado del apoyo al PP en cuanto se anunció la decisión de Rajoy, mucho antes de que se agravaran los problemas de corrupción.

Están a tiempo de enmendarse, pero como resulta complicado, … Seguir leyendo

Morir

Parece conveniente que estos días de difuntos y cementerios coincidan con un momento, uno más en realidad, en el que vivimos con rabia y tedio a la vez, es decir, con impotencia, los chaparrones de una corrupción que no amaina. «Aquí rouba todo o mundo», dice mi madre delante del telediario, y me mira suplicante, en busca de una explicación o un consuelo. No entiende y se abruma. Un día, ya lo conté en otra parte, reaccionó casi gritando: «Pero… ¡esta xente pensa que non vai morrer!». Bien visto, madre.

Se trata de eso, y lo explica bastante bien Javier Gomá en uno de sus ensayos. De eso y de algo más, por supuesto. Vivir como si no fuéramos a morir resulta más peligroso que una mala democracia, agonizante en el escaso medio mundo que cuenta con una. Y más peligroso también que una crisis económica internacional de cuyo fin … Seguir leyendo

Profesores

No recuerdo bien qué dijo la profesora, pero su frase terminaba con algo parecido a «y si no me sale, me pongo a vender pescado». Uno de los casi ciento cincuenta colegas que la escuchaban el pasado martes comentó en voz baja al de al lado: «Pues como se ponga a vender pescado, esta monta otra Pescanova». Estábamos en el encuentro Inspiratics, convocado por las fundaciones Amancio Ortega y Santiago Rey Fernández-Latorre para promover la innovación educativa, y tenía la palabra la ganadora del premio. Explicaba, como los demás finalistas, en qué consistía su proyecto. Había mucha pasión en lo que decía: hacia sus compañeros, hacia sus alumnos, hacia su profesión. Sin embargo, me conmovió más otra cosa: la gigantesca generosidad en tiempo y esfuerzos que suponía aquel proyecto.

Y en eso, en la generosidad, se parecía muchísimo a todos los finalistas y a todos los presentes: profesores que bregan … Seguir leyendo

(H)Ay África

He seguido desde fuera de España la crisis del ébola de estos días. Sentí mucha vergüenza y aún la siento. Se percibía un país histérico sin nada que lo justificara: seguimos sin un solo muerto contagiado aquí. Desde luego, el periodismo ha tenido mucho que ver con todo el disparate de primeras páginas y horas de televisión, amplificadas luego en las redes sociales. Pero como en casos anteriores, la responsabilidad de las profesiones sanitarias y sus representantes y, de modo especial, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) debe subrayarse. ¿Por qué alientan el alboroto aquí cuando han desatendido durante meses las llamadas de auxilio que se lanzaban desde África? Allí sí que había y hay un problema. Desde principios de año. Allí sí que morían a chorros, atendidos solo por un puñado de valientes con miedos y sin medios. ¿Alguien pensó que, para hacer algo, se necesitaba inquietar … Seguir leyendo

Telenovela electoral

Brasil se la juega. O insiste en la deriva de Lula con consecuencias similares a las de Venezuela, Bolivia y Argentina -pobreza progresiva y marginalidad internacional- o decide seguir siendo Brasil. Cuando parecía que la actual presidenta se llevaría la elección, la muerte del candidato socialista cambió todo. Le sustituyó Marina Silva, antigua militante del PT, partido de Dilma Rousseff, y enseguida se disparó en las encuestas. Nadie pensaba siquiera en el candidato conservador, hundido en porcentajes residuales. Dilma y la maquinaria del PT, con zafiedad salvaje, volvieron toda su artillería contra Marina. Terminaron enredándola y el domingo, el antes descartado Aecio Neves adelantó a la carismática Marina y disputará la presidencia con Dilma en la segunda vuelta.

Neves, que también parece salido de una telenovela, ya va delante en las encuestas. Le apoya el partido de Marina y todo un sentimiento de hartazgo del PT: de su clientelismo, de … Seguir leyendo

Don Álvaro

Vi por primera vez a Álvaro del Portillo en la Semana Santa de 1979, no recuerdo exactamente qué día, pero quedaron grabados en mi memoria la expresión casi ensoñadora de su rostro y su tono conmovido cuando contestó a un chaval que le preguntó, no sé si literalmente, qué esperaba para el año 2000. «Pax Christi in Regno Christi», respondió, con una emoción que difería completamente de sus demás intervenciones en aquella tertulia con universitarios. Y en efecto, se fue a gozar de la Paz de Cristo en el Reino de Cristo el 23 de marzo de 1994.

Ocho años antes de esta fecha, pude pasar con él casi una semana cerca de Segovia. Probablemente, fueron los días más felices de mi vida, el tiempo en que me sentí más cerca del cielo, porque Álvaro del Portillo, con su sola presencia, avecinaba a Dios. Se me hicieron muy cortos y, … Seguir leyendo

Rencor

Comunicar una habitación con otra implica abrir una puerta o derribar un muro. En el primer caso, se libera el acceso, se facilita el intercambio. En el segundo, se integra en un solo espacio. Comunicar significa siempre eso: unir, integrar, hacer que los diversos se conozcan y comprendan mediante la creación o el subrayado de ámbitos comunes. De modo que no puede llamarse comunicación al conjunto de acciones destinadas a desunir, enfrentar, odiar. Sin embargo, pese a disponer de medios más potentes y accesibles que nunca, la incomunicación se ha asentado en nuestras sociedades supuestamente hipercomunicadas.

En los periódicos, en las radios, en las televisiones y en las redes sociales -con esta gradación ascendente-, se palpa una cultura del rencor al comentar los sucesos internacionales, los nacionales e incluso las menudencias locales. El diccionario define ‘rencor’ como «resentimiento arraigado y tenaz». Sin duda, se trata de un vicio poco inteligente, … Seguir leyendo