La Voz de Galicia

Contra Trump

Hace unos años fui arrastrado por el afecto a una reunión de la que nada sabía, salvo que se trataba de negocios. Se desarrolló en la sala de un hotel y, pasados pocos minutos, comprendí que aquello tenía pinta de estafa piramidal. Había una docena de incautos, todos en el paro o en sus aledaños, todos con problemas que iban contando en voz alta. Algo sencillamente sórdido que aguanté, insisto, por mero afecto hasta que no pude más y aduje una excusa para escaparme sin ofender. No sabía si aquello debería ser investigado o denunciado, y lo dejé estar por miedo a herir sin necesidad. La sorpresa mayor de aquella puesta en escena había consistido en un vídeo en el que salía Donald Trump recomendando el sospechoso negocio.

No tenía por entonces buena opinión de Trump, cuyo apellido se puede traducir como naipe de triunfo en los juegos de cartas, … Seguir leyendo

Una homilía

Me llegó el vídeo de la homilía en el funeral por Antonin Scalia, el polémico juez del Supremo estadounidense recientemente fallecido. Empecé a verla por cortesía, por poder decir algo a quien me la envió, pero muy pronto me di cuenta de que me encontraba ante algo excepcional, ante una pieza ejemplar de oratoria fúnebre católica pronunciada con indecible aplomo por el propio hijo del juez, Paul Scalia. El arranque algo efectista, después de los saludos y agradecimientos obligatorios, captó por completo mi atención y ya no pude dejar de escucharle hasta el final.

Paul Scalia habló poco de su padre: no glosó su gigantesca figura profesional o humana, huyó de la hagiografía. Se limitó al agradecimiento filial. Y al hacerlo, dijo algo que me conmovió: «Nos quería [a sus nueve hijos], y procuraba mostrar ese amor y compartir la bendición de la fe que veía como un tesoro. Nos … Seguir leyendo

Tolerancia cero

Hace ya muchos años, siendo aún presidente, Felipe González se quejaba de la crispación. Sobre todo, de la crispación de la vida política y, particularmente, de la parlamentaria. Hoy se habla ya de intolerancia y se vuelve más que nunca a la maldita referencia a las dos Españas. El tono del debate público -si es que podemos llamarlo así- se ha elevado y envilecido. Debemos reconocerlo para arreglarlo -o terminaremos a guantazos- en vez de jalearlo desde posturas políticas cerradas o desde medios acostumbrados a la comodidad de defender lo que nadie ataca o de atacar lo que nadie defiende.

Recordaba estos días, a propósito de otro incidente, la definición de caballero que ofrecía John Henry Newman en su Idea de una Universidad. Viene muy a cuento en días como este. Según él, «decir que el caballero es una persona que nunca hace daño equivale casi a definirlo». Excelente punto … Seguir leyendo

Siéntense

Casi todos los días alguien interpreta qué mensaje quisieron mandar los españoles en las últimas elecciones generales y, a menudo, se insiste en que se trata de un mensaje de cambio. Bueno, de acuerdo. Los españoles con nuestro voto hemos mandado cambiar. Se puede discutir en qué consiste exactamente el cambio que queremos, pero hay algo que no se puede discutir por obvio: los españoles no deseamos una mayoría absoluta de nadie y sí pretendemos que se forme un Gobierno mediante el diálogo entre los diversos partidos. Y eso, justamente, es lo que no se está haciendo. Nadie está hablando en serio con nadie. Ni siquiera se atisban verdaderos esfuerzos de aproximación real de posiciones, sino juegos casi macarras por ocupar espacios desde los que negociar más cómodamente o desde los que convertir en poco menos que imposible cualquier negociación.

Es hora de que se negocie de verdad y con … Seguir leyendo

¿Pro-gra-ma?

En junio del año pasado Pablo Iglesias publicó en The New Left Review un artículo al que ya me referí aquí hace meses. Decía entonces cuál era su «objetivo vital» para las elecciones generales: «Sobrepasar al PSOE». No lo consiguió, pero sí ha producido la situación poselectoral que pretendía: «El PSOE quedará atrapado en la contradicción entre la lógica de Estado y sus intereses partidistas, y no está claro cómo la resolverá». Exacto.

No cabe discutir que Podemos, sin sobrepasarlo, ha bloqueado efectivamente al PSOE en el dilema lógica de Estado/intereses partidistas. Solo que lo ha dejado sin salida, porque en realidad cualquier opción perjudicará sus expectativas de voto a corto plazo, incluso la que supone nuevas elecciones. En este contexto hay que entender los gestos de ayer: uno ofreciendo apoyo y pidiendo la vicepresidencia y otro insistiendo en que el electorado no entendería que Pablo y él no llegaron … Seguir leyendo

Vanidad narco

A los narcos casi siempre les pierde lo mismo: la vanidad. Suelen ser muy inteligentes y duros, pragmáticos. Se acostumbran pronto a ganar tanto dinero como quieren, mucho más del que necesita un país entero de buen tamaño: recordarán que Pablo Escobar se ofreció a pagar él solito la deuda externa de Colombia o que, como ya no sabía qué hacer con tantos billetes, como no había lavadoras de dinero capaces de procesar tanta colada, los metía bajo tierra y aún siguen apareciendo. Se acostumbran también al poder: controlan ejércitos de sicarios, disponen de medios avanzadísimos, no se paran a contar los muertos porque la gente les pertenece. El negocio funciona así: les sirves o no. Lo tienen todo, pero pasan la vida escondidos y parece improbable que la historia termine tratándolos bien.

Por eso encargan corridos que canten sus hazañas y mausoleos enormes que las recuerden. Vale la pena, … Seguir leyendo

Asco

Los servicios secretos europeos alertaron de posibles golpes terroristas la noche de fin de año en Bélgica y en la estación de Múnich. Al final, los belgas cancelaron las fiestas, con lo cual los terroristas consiguieron lo que pretendían, amedrentar, sin despeinarse ni inmolarse ni nada. Y lo de la estación no ocurrió en la de Múnich, sino en la de Colonia y en muchas ciudades más, solo que utilizaron una modalidad no esperada por los servicios secretos, sin bombas ni suicidas: la humillación de las mujeres y de todo Occidente en ellas. Y de paso demostraron la capacidad de movilizar a un auténtico ejército de varones.

Conviene que diagnostiquemos bien, no vaya a ser que, por no reconocer esta sorprendente fórmula terrorista o por no querer verla, reaccionemos exactamente como esperan: exasperando la islamofobia, aupando a la extrema derecha, desconcertando a la extrema izquierda -que ya no sabe qué … Seguir leyendo

No herir

Pensaba, como mi hermana, que en las fiestas familiares debería evitarse la política, pero la experiencia de esta Nochebuena me ha hecho cambiar: si la familia se quiere, si cada cual tiene más cariño a los demás que a las ideas propias, el comentario político, siempre y cuando no se prolongue en exceso, puede resultar muy enriquecedor y hasta agradable, por muy opuestas que parezcan las posturas. Cuesta bien poco dar con la razón: en una familia que se quiere, todos evitan herir a los otros y, a la vez, la prioridad radica más en ayudarse a entender que en imponer siglas o visiones particulares.

La primera condición, no herir, establece un mínimo que debería comparecer siempre en la discusión política y, muy especialmente, en la discusión política profesional. Por eso produjo tanto escándalo el debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Quizá no se pueda pretender que se quieran, … Seguir leyendo

Al final…

Al final, sacan adelante los países aquellas mujeres y aquellos hombres que, pase lo que pase, pelean a brazo partido por sus familias. La gente normal que ama y sufre, que se levanta por la mañana y trabaja -a menudo en empleos que no les satisfacen- para construir el futuro de los suyos y, de paso, quizá sin pretenderlo, de los nuestros, de todos. Cuando esa gente abunda, los países van bien. Cuando escasea, decaen o se atrofian. Los líderes, por supuesto, ayudan a canalizar esas torrenteras de amor y sacrificio, se incorporan a ellas, las incentivan o las entorpecen. Pero poco más. Por eso, la gente normal, la que ama y sufre y lucha por los suyos, vota a quien piensa que estorbará menos o que ayudará más en la brega diaria.

Sin embargo, en la campaña apenas se ha hablado de la familia. En realidad, no se ha … Seguir leyendo

Ganar, perder

Progresamos a tal velocidad que apenas se entiende ya el viejo refranero, plagado de sentido común. Me arriesgaré, no obstante, con aquel dicho según el cual «en la mesa y en el juego se conoce al caballero». Precisamente el sentido común me advierte de que debería aclarar el concepto caballero. Para el diccionario, la palabra se aplica a un «hombre que se comporta con distinción, nobleza y generosidad». También recibe otras acepciones, claro, pero el refrán se refiere a esta, ahora casi desconocida. Pretende explicar que el hombre generoso, noble y distinguido se muestra de manera especial en el modo de comer, en saber ganar con generosidad y sin alardes, en saber perder con serenidad, sin revanchas, y si es el caso, en el modo de pagar.

Parece obvio que Cristina Kirchner no responde a la definición de caballero, porque incumple ya el primer requisito: ser un hombre. Maduro, sin … Seguir leyendo