La Voz de Galicia

Hay una lógica brutal en los argumentos de Paolo Vasile, consejero delegado de Mediaset España, que habló el miércoles en el MPXA. Dice, primero, que no está interesado en la gente que tiene cosas que decir, sino en lo que quiere escuchar y ver la gente. Después añade que aquí hace una televisión distinta de la que había hecho antes en Italia, porque cada país reclama contenidos diferentes: salvo unos pocos formatos que se repiten en el mundo entero, lo que engancha es lo propio. Por último, piensa que la televisión no morirá mientras se atenga a lo específico del medio: el directo y el esperpento. Telecinco, por tanto, proporciona directo y esperpento y, a menudo, esperpento en directo. Consecuencia: liderazgo habitual de audiencia, ininterrumpido los últimos veintiún meses. Es decir, Vasile entiende bien España.

Cabría afirmar que el italiano ha conseguido la mayor rentabilidad de una empresa de televisión europea a costa de nuestras debilidades, manteniéndose atento y cambiando lo que tuviera que cambiar. El mérito es suyo, y la vergüenza, nuestra. La parrilla de programación de Telecinco podría servirnos de plantilla para hacer examen de conciencia y, si es el caso, propósito de enmienda. Si nos enmendáramos, Vasile, que querrá seguir ganando mucho dinero, se enmendaría también. Si continuamos comportándonos de la misma manera, Vasile seguirá programando a nuestra medida. A la medida, quizá, de quienes tanto le critican. Sabe mucho de televisión y de cómo cuadrar las cuentas.

Conviene no taparse en el anonimato del concepto audiencia y remitirse al comportamiento personal, que, como decía anteayer el Roto, «es lo real: lo otro, lo genérico, solo ideología».

La Voz de Galicia, 4.junio.2016