La Voz de Galicia

La papilla

Leí el título del artículo y me dije, ¿de verdad?, ¿de verdad hay que aclarar esto?: Ningún gorila vale más que un niño, a propósito de la discusión que surgió en torno a la muerte de un gorila en un zoo de Ohio para evitar que atacara al niño que cayó en su zona. Algo nos pasa para que tengamos que discutir esto. La misma incredulidad me ha asaltado al leer las reacciones a la matanza en el club gay de Orlando. Me siento incapaz de repetir las barbaridades que se han dicho desde el primer momento, como si el horror de lo sucedido no fuera bastante. Por resumir, me quedo con las palabras del pobre Garzón unidoapodemos, que la atribuía al «heteropatriarcado».

La expresión en su literalidad es indescifrable y no sé si la presenta como opuesta a un ideal matriarcado homosexual. Pero está en la línea de … Seguir leyendo

Consecuencias

Hablaba con un periodista amigo y, después de un rato, le manifesté mi preocupación por el progresivo estrechamiento de la libertad para decir lo que uno piensa. Como nos conocemos muy bien y nuestras ideas apenas coinciden, me miró muy serio y dijo: «Todo el mundo puede decir lo que piensa. Pero tiene consecuencias». Me lo dijo en el tono en que una madre le dice al hijo que si no quiere hacer tal cosa allá él, pero que tendrá consecuencias. Así que le contesté que las consecuencias de un discurso razonado deben consistir siempre en otro discurso razonado, no en un insulto o una descalificación completa. Puse el ejemplo del matrimonio homosexual: si alguien argumenta en contra, habrá que contestarle con razonamientos que desmonten los suyos y no llamándole homófobo, categoría en la que caerían, paradójicamente, muchos homosexuales que ni entienden ni defienden tal figura jurídica.

Me dio la … Seguir leyendo

Paolo Vasile

Hay una lógica brutal en los argumentos de Paolo Vasile, consejero delegado de Mediaset España, que habló el miércoles en el MPXA. Dice, primero, que no está interesado en la gente que tiene cosas que decir, sino en lo que quiere escuchar y ver la gente. Después añade que aquí hace una televisión distinta de la que había hecho antes en Italia, porque cada país reclama contenidos diferentes: salvo unos pocos formatos que se repiten en el mundo entero, lo que engancha es lo propio. Por último, piensa que la televisión no morirá mientras se atenga a lo específico del medio: el directo y el esperpento. Telecinco, por tanto, proporciona directo y esperpento y, a menudo, esperpento en directo. Consecuencia: liderazgo habitual de audiencia, ininterrumpido los últimos veintiún meses. Es decir, Vasile entiende bien España.

Cabría afirmar que el italiano ha conseguido la mayor rentabilidad de una empresa de televisión … Seguir leyendo

Partidos en dos

Parece que estamos abocados a vivir los próximos decenios entre dos fundamentalismos: dura vida es esa, porque equivale a decir que tenemos que apañárnoslas acosados por dos grandísimos errores. Las elecciones austríacas lo han mostrado a las claras, pero se advierte en todas partes. Contra lo que se suele decir, el fenómeno de la extrema derecha no nace con la crisis ni con los problemas de inmigración: se trata de un fenómeno en crecimiento gradual desde hace muchos años. Y se alimenta, precisamente, de la gente más sencilla, de los que antes votaban izquierda porque los grandes partidos de ese ámbito defendían a los trabajadores. Ahora sienten que defienden otras cosas y, encima, no les gustan esas cosas.

Tampoco entienden a los partidos clásicos de derecha o de centro, engullidos en la guerra ideológica posmarxista por el discurso multiculturalista, globalizado y, en general, por una idea del mundo, de la … Seguir leyendo

Los grandes místicos, santa Teresa, san Juan de la Cruz, fueron personas muy activas y levantaron grandes obras, también literarias. Lo hacían, sin embargo, desde la quietud que produce la cercanía a Dios, la intimidad con él. Y por eso inspiraban paz, serenidad. Los nuevos místicos piensan que lo importante consiste en que la gente vote lo correcto, porque si lo hicieran, tendríamos unos gobernantes adecuados, y teniéndolos, como por ensalmo, todos los problemas se resolverían. Esta mística política siempre ha estado presente en la ingenuidad juvenil, pero en nuestros días ha desbordado ese ámbito, quizá por incomparecencia de la mística auténtica. Los grandes místicos, tan realistas, no creían en esos milagros.

La gran diferencia entre los verdaderos y los falsos místicos radica en que unos pretenden que las personas sean virtuosas, de modo que la sociedad termine mejorando algo, y los otros prefieren imponer desde arriba un modelo social … Seguir leyendo