La Voz de Galicia

Vídeos como espadas

Llegarán más vídeos con remite EI y reproducirán aberraciones semejantes a la decapitación de James Foley. Porque el vídeo es un arma. Robert Kaplan ha hecho un análisis del de Foley y concluye que se trata de una producción audiovisual impecable, perfectamente ensayada y repleta de elementos simbólicos -desde el color de las vestimentas de ambos protagonistas, hasta el hecho de que se trate de una decapitación con un cuchillo pequeño, pasando por el cuidado acento británico del verdugo- dispuestos para transmitir un mensaje global y nítido: «Ganaremos porque no reconocemos vuestros límites, porque estamos dispuestos a todo».

¿Por qué ese mensaje dirigido a una audiencia encabezada por los ciudadanos estadounidenses y los musulmanes contrarios al EI? Porque las guerras han cambiado mucho y no solo mueren más civiles que soldados, también la percepción de los civiles resulta decisiva para ganar o perder. Quieren meternos miedo, porque nos tienen por … Seguir leyendo

Los lunes al golf

La última columna en Nuestro Tiempo. Empieza así:

Me bajé de la tienda de Apple una aplicación de golf gratuita que en realidad tenía un precio: desde entonces, recibo un correo electrónico semanal que, disfrazado de newsletter, me recuerda que debería adquirir la aplicación de pago. Normalmente lo borro en cuanto llega. Pero el otro día lo abrí sin querer, tropecé con la primera noticia y el título y me enganchó. Resulta que el golf está en declive. Por lo menos, y en contra de mis impresiones, pierde jugadores y licencias a chorro. El año pasado terminó con casi un 5 por ciento menos, no quedaba muy claro si de licencias o de gente que realmente jugó, que es lo que interesa a los clubs y a las marcas de material deportivo. En los últimos veinte años, el número de jugadores entre los dieciocho y los treinta y

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Gritos sin eco

Fouad Twal preguntaba angustiado en julio: «¿Hay alguien que escuche nuestros gritos? ¿Cuántas atrocidades tendremos que soportar antes de que alguien en alguna parte venga en nuestra ayuda?» Twal es el patriarca católico de Jerusalén y se refería a las matanzas, secuestros y encarcelamientos, torturas y persecuciones de toda especie que padecen los cristianos en el mundo. Por la naturaleza de los hechos, resulta difícil fijar cifras: decenas de miles de asesinatos al año ?los datos bailan entre diez mil y ciento treinta mil; el 2014 batirá todas las marcas?, millones de desplazados, encarcelados, torturados, vendidos como esclavos, sin contar amenazas y hostigamientos que les impiden, no ya cualquier actividad pública, sino la mera posesión de una Biblia. Nadie parece escuchar sus gritos.

Ningún famoso ha levantado la voz o un cubo de agua fría sobre su cabeza ante la descomunal crisis humanitaria. Ni una manifestación tímida ni una pancarta, … Seguir leyendo

Acorchados

Llamamos sensibilidad a la capacidad de percibir la belleza y el dolor, supone una cierta delicadeza y se traduce a menudo en afectos de humanidad, compasión y ternura. Por eso entre un grupo de amigos malvados, cuando alguien muestra las cualidades contrarias, recordamos la frase que dijo no sé quién: «Tengo una sensibilidad de puta madre». No hay insensibilidad mayor ni más mema que la del embotado exhibicionista que ejerce de sensible. Últimamente abunda. Por eso me ha conmovido tanto un artículo de Rafael Latorre, a quien no conocía, titulado La mentira del padre Pajares.

Por eso, y porque escribe con naturalidad, sin caracoleos, con el alma abierta del hombre inteligente -por tanto, capaz de revisar sus opiniones- que no teme la verdad ni compone el gesto para agradar después con comentarios vulgares, de taberna.

Latorre no es un silenciario ni uno de tantos traficantes de la palabra, sino un … Seguir leyendo

Avergonzado

Pensaba escribir artículos agosteños ligeros y amables, cálidos. No quería gastar una palabra en el ébola, porque antes debería echarle mil a la malaria y dos mil al sida, por ejemplo, y porque la Organización Mundial de la Salud -esa agencia tan corrupta- se ha apresurado a declarar la emergencia, y suele hacerlo cuando está a punto de lanzarse un nuevo fármaco, como ocurrió ya tantas veces. Pero esas buenas intenciones se las llevó el diablo con las noticias sobre el contagio del misionero Miguel Pajares y el debate en torno a su repatriación.

Ciertamente, el pobre Pajares ha cometido varios errores imperdonables. En primer lugar, ser viejo. Es casi seguro que nadie discutiría la repatriación de un chaval o una chavala que anduvieran por allí turisteando la pobreza sin ánimo de quedarse. Precisamente en esto último consiste el segundo error: se hizo viejo gastando cincuenta años, enterrando su vida … Seguir leyendo