La idea de que el sistema sanitario es insostenible se repite con insistencia creciente desde mucho antes de la crisis y parece que responde a la realidad. Hasta ahora consideraba que podría tratarse de un mero problema de gestión, de introducir racionalidad en los recursos, pero desde hace un tiempo se me dio por pensar que utilizamos el sistema de salud para financiar un modo de vida a menudo arriesgado. Así como antes pedíamos créditos para ir de vacaciones, ahora aceptamos el botellón porque confiamos en el servicio de urgencias. Por casualidad, esta semana di con unos datos que avalan la hipótesis.
Por lo visto, ya en 1974 se establecieron cuatro determinantes básicos para la salud de la población: el biogenético (carga genética, envejecimiento, etcétera), el ambiental (contaminación física, química, biológica, social y cultural), los estilos de vida y conductas de salud (drogas, sedentarismo, nutrición, violencia, estrés) y el sistema sanitario (hospitales, práctica médica, enfermería, etcétera). Se identificaron como decisivos los estilos de vida, con una aportación del 43 % a la reducción de la mortalidad, mientras que el sistema sanitario se quedaba en apenas un 11. En Estados Unidos, ya en 1976, el sistema sanitario se llevaba el 90 % del gasto, frente a un magro 1,6 % en los estilos de vida.
No se cómo quedaría la foto hoy en España, pero me temo que no se aleja gran cosa de ese escenario: financiamos nuestro modo de vivir con gasto médico y farmacéutico para combatir, ya desde la infancia, los efectos de la hipertensión, la obesidad o el colesterol, por ejemplo.
Me has convencido. Me pongo a régimen. Si logro adelgazar, será uno de los artículos más importantes de mi vida. Y si no, está muy bien en todo caso. Gracias y enhorabuena.
No me refiero a eso, pero quizá por no querer ser más explícito, puede parecerlo. Muchas gracias siempre, Enrique.
No, ya, te refieres a todo, y lo haces muy bien. Pero yo aguanto mi vela por el palo que me toca. Gracias a ti.
Paco e non será que o sistema está feito para gastar unha vez enfermo e fai non promove a prevención porque iso non da cartos ás empresas farmacéuticas , que nos teñen educados en que hai medicina para todo, algo parecido ao que lle pasa a moitos católicos que confesándose e con propósito de emenda conseguen o perdón .
Por outro lado téñenos convencidos de que a sanidade publica tense que financiar cos cartos que recolle a Seguridade Social que depende só das rendas do traballo das persoas cando tamén terían que cotizar as maquinas e a tecnoloxía xa que cada día fan máis traballo que as persoas e non cotizan. Porque nunha gasolineira , nunha portaxe ou un aparcadoiro temos que facer nos , usuarios, o traballo que tería que facer un empregado , por poñer por caso.
Aínda que o que ti dis vai máis alén do qué é a medicina pero ese tema comezou a bulir a finais do século XIX e segue a facelo a día de hoxe.