Se acabó eso de que el fútbol español manda en Europa y volvemos a lo antiguo, a la concepción clásica que define el fútbol como un juego en el que siempre gana Alemania. Junto con las bromas -algunas rebuscadas, como esa de que el Bayern ha sido descalificado por torear en Barcelona, lugar donde está prohibido por ley-, junto con las bromas, digo, se han planteado algunas veras: por ejemplo, si el liderazgo de Messi y de Cristiano no estará perjudicando a sus equipos.
Más que de liderazgo, se habla de egoísmo: hacen que el equipo trabaje para ellos y dependa de ellos para vencer, porque no sabe jugar sin ellos. Se les contrapone a entrenadores cobardes para dejarlos fuera de la alineación o para sustituirlos en pleno partido. Ellos quieren jugarlo todo porque necesitan minutos para marcar goles innecesarios para sus clubes, pero imprescindibles para la bota de oro. Bajan el rendimiento o se lesionan y los equipos se desorientan también, porque estaban diseñados para vencer con ellos. Las escuelas de negocios y los politólogos podrían construir un buen caso y aplicarlo luego a líderes políticos y empresariales.
La taxonomía básica de los líderes distinguiría entre los que legan algo y los que solo dejan, cuando se van, cadáveres y un gran socavón imposible de cubrir. Son falsos líderes, porque tienen agendas propias ajenas al bien de su país, de su empresa o de su club. Aunque les da igual el después, porque ya no estarán al mando, insisten en que lo importante es el equipo, la empresa o el país. Como quien lleva una doble contabilidad con mucho dinero negro.
Pode ser que a nosa sociedade perdese o concepto, a idea de grupo. A maioría dos da nosa idade criámonos nunha aldea ou si eras neno de cidade dicías son da rúa tal. Pero tocounos vivir un cambio social moi rápido, outras sociedades do noso entorno fixérono en 200 anos, nos en menos 40 e si cadra afixémonos ao «todo vale» para triunfar e non puxemos o triunfo como resultado do feito senón como o feito en si mesmo entón veñen as trampas para alcanzalo e non me refiro a trampa como engano senón como medio. Por iso o que debería ser unha equipa resulta ser un individuo que se serve de 10 elementos.
Messi y Cristiano Ronaldo, pero sobre todo Messi, son jugadores excepcionales. El primero probablemente sea el mejor jugador de la historia, el tiempo lo dirá. Son casos excepcionales. No son líderes, son genios.
Está muy bien la idea de grupo, pero no esa misma idea no debe ahogar la genialidad individual. Muchas veces debe ser al revés, el grupo debe facilitar expresión de esa genialidad.
En el baloncesto existe la jugada del ‘aclarado’. Todos los jugadores se concentran en una zona de la pista para que la estrella pueda jugarse un uno contra uno. Es el colectivo trabajando para uno de sus miembros para conseguir el objetivo común.
Efectivamente, hay personas que hacen jugar a todo el equipo para ellos, pero al menos meten goles. De hecho estuve a punto de terminar la columna así.