Resulta difícil hablar sin sumarse a la cháchara habitual de este país, esa que rige nuestros destinos y se manifiesta en las intervenciones de los políticos y en su glosa periodística. La misma cháchara que impide comprender, quizá porque ellos mismos, políticos y periodistas, no comprenden y, al explicarse sin comprender, lo embarullan todo más hasta dejarnos perplejos y embotados. Estábamos tan acostumbrados a esto, que la referencia a «Europa» o a «los países avanzados» -eufemismo que suma a Estados Unidos- se había convertido en una muletilla tertuliana para salir del charco de la cháchara insustancial. Hasta que caímos en la cuenta de que «Europa» y «los países avanzados» ni tienen políticos mejores ni un periodismo más riguroso. Europa, con nosotros a la cabeza, procedió a suicidarse primero culturalmente, luego demográficamente y ahora, económicamente, de modo que como alguien decía ayer, «los jóvenes del 68 pasaremos a la historia como la generación que ha arruinado a España». Y a Europa, añadiría. Quizá, al mundo. Por eso, ahora que se pide mayor transparencia en el ejercicio de la comunicación política y que se nos expliquen mejor las cosas, casi me atrevería a pedir más bien silencio. Necesitamos callar y pensar, porque hablando se piensa mal. Y a lo mejor descubrimos una salida a este bloqueo monumental que no es solo, ni siquiera principalmente, económico. Resintonizando el televisor descubrí no sé cuántos canales de astrología. Parecemos una humanidad primitiva, obtusa, que recurre a los adivinos, como si nos estuvieran invadiendo sin la Wehrmacht, a base de emburrecernos. Pero debe de quedar un resto de racionalidad en alguna parte y deberíamos callar para encontrarla.
Estoy muy de acuerdo con esta entrada y realmente es tremendo -incluso vergonzoso- el papel de los medios de comunicación en estos últimos años. Y me refiero a su papel de ‘sembradores de confusión’. Todo es bla, bla, bla, bla, bla…
Francamente, dan ganas de renegar de esta profesión.
Al fin y al cabo, los políticos son los políticos. Pero los periodistas…los encargados, en teoría, de aclarar las cosas….
En fin…
Paco os xornalistas non son diferentes do resto dos traballadores e da sociedade. Traballades en empresas que teñen o mesmo afán de lucro que calquera outra empresa. Como todos os donos/editores queren medrar e ter influencia na sociedade e endéusanse para inverter e medrar co que deixan de ser independentes, consecuencia os seus traballadores, xornalistas, teñen que polo menos non ser críticos co poder ben sexa político ou financeiro que no mundo que vivimos son o mesmo. Os tempos románticos nos que unha xente con unha imprenta transmitía as novas para a súa sociedade máis próxima hai moitos anos que deixou de existir. A concentración de capital en poucas mans é a morte mesma do Capitalismo como sistema económico social e vamos camiño dun feudalismo en teoría democrático. E vamos cada dia a peor porque a transferencia de poder e propiedade ao pobo non pode ser violenta e as manifestacións e mesmo as eleccións deixaron de ser instrumento para o progreso e o cambio así que isto so é o principio do fracaso da nosa sociedade.