Leí la historia de las dos niñas de Ribeira que tienen que recorrer a pie cuatro kilómetros para ir a la escuela porque la Xunta ha suprimido el servicio de taxi que las llevaba, y recordé que mis madre y sus hermanos caminaban otros tantos kilómetros, a través de corredoiras, hasta una escuela con un solo maestro y que, cuando el Mandeo venía crecido, no podían cruzar de ida o… de vuelta. Llevo mal que la gente del campo no disponga de los mismos servicios básicos que la de las ciudades. También leí sobre el cierre de dos centros de día para mayores en Madrid. “Ah, eso no, a estos que ni me los toquen”, pensé.
No puede haber recortes para los mayores. Sería una vergüenza y un error táctico descomunal, porque están actuando como una red familiar de seguridad que amortigua los golpes de quienes van cayendo en el paro. Son muchos los que con su pensión, pequeña pero segura, y los ahorros de una vida, atienden pagos de hijos y nietos.
Ahora que confundimos cualquier servicio con un derecho –incluso si no podemos pagarlo ni individual ni colectivamente–, los mayores sí tienen derecho a una jubilación plácida. La culpa no es de ellos, sino nuestra, por no saber administrar los frutos de sus colas de posguerra, del pluriempleo o la emigración en los años del desarrollo, de sus esfuerzos silenciosos, también para ir a malas escuelas por caminos enlodazados. Lo han pagado y, si no tenían el derecho, lo han comprado con billetes grandes y me duele que se los devuelvan ahora en calderilla. A estos, ni tocarlos.
Paco eu penso parecido, cando era pequeno entre os 7 e os 12 anos eu fun a unha escola de esas que quedaba uns 3 km lonxe da casa de meus avós a maior parte do camiño era por medio do monte un, un camiño que polo inverno nin os carros podían pasar, cando do caia un pino en riba dos cables da luz pasaban ata 15 días tirados no chan co perigo que iso supoñía para un rapaz que ía só a escola, cando chovía tiña que facer o dobre de camiño porque había un regato que o anegaba o paso e tiña que ir a outra aldea para coller o camiño.
No que aos país toca, levo un ano e medio coidando da miña nai xa que padece Párkinson e dificultades cognitivas a parte de unha enfermidade oncolóxica e non o fago polos cartos xa que case non lle chegan para cubrir os seus gastos , por poñerche un exemplo mercar uns audiófonos custaron 3400€. fágoo porque quéroa é a miña obriga de fillo.
Agora o dos recortes non ten nome porque sempre vannos sufrir os máis febles. Penso que o Estado ten que garantir un benestar adecuado para que a xente nu sufra desigualdade no básico: alimentos, sanidade, escola e formación superior en unha vellez digna.
Siempre he tenido la suerte de poder ir a la escuela sin dificultades. Andar poco más de 150 metros para llegar a la parada del bus. Eso no me impide ver las injusticias y necesidades básicas de los demás, tanto jóvenes como ancianos. No necito pasar por esa situación para defender con firmeza la exigencia colectiva de que todo tengamos cubiertas nuestras necesidades básicas, entre ellas también el afecto, aunque esto parezca algo ilusorio,pero que tengo la confianza que gran parte de la comunidad la puede solventar. Soy de las que he defendido siempre un Estado, una sociedad protectora y solventadora de las imperfecciones plamadas en desequilibrios en las posibilidades vitales de nosotros ciudadanos,de una comunidad que debe proteger SIEMPRE a los más débiles. Eso sí, respetando su libertad individual.
Un fuerte abrazo, Paco. Un fuerte abrazo, Xoán.
Hola!! En Ferrol tengo a alguien muy cercano con un niño enfermo con parálisis cerebral y hace ya casi un año que esperan para que les punten una puñetera plaza de minusválido en su calle… Mola verdad?!? Pues con esto por un poco de pintura azul y blanca, qué no pasará con las cosas caras… Por cierto, ese pequeño es mi sobrino y la plaza es para que pare el bus que le lleva al cole. Y en el Ayuntamiento siguen licitando un concurso para comprar pinceles. Y un estudio técnico y otro de impacto ambiental por el azul intenso de la pintura en las calles… Y el Valedor diciendo sandeces… Pero los más débiles no tienen voz. Mi niño es guapisimo, rubio, de ojos azules… pero su cerebro no funciona bien y nunca podrà andar, ni besar, ni hablar… Miserables aquellos de la calculadora. Donde estaba la aritmética sencilla del debe y el haber cuando malgastaban el dinero a manos llenas??