Me parece que era Samuel Johnson quien, cuando se producía una noticia que le entristecía o enojaba, se hacía la siguiente consideración: “¿Cómo veré yo este asunto dentro de un año?” Y siempre se llenaba de paz, porque se daba cuenta de que, con un poco de tiempo de por medio, casi todo queda en nada. Lo pensaba ayer mientras leía con ganas el periódico especial que La Voz regalará el día 4 de enero para celebrar sus 130 primeros años. Es una delicia y no sólo por la antología de articulistas –no se pierdan el de César González Ruano sobre A Coruña, tan actual-, sino principalmente por el paseo a través del tiempo y de las noticias que nos marcaron.
Algunos años apenas dan la cara. La política, por ejemplo, parece que los salta de cuatro en cuatro, y esto, claro, en la democracia. En cambio otros son pródigos en novedades y se asoman a las páginas de Deportes y Sucesos, de Galicia, de Nacional o Marítima. Pero la memoria colectiva es muy distinta de la personal, y años malos –el del atentado de Hipercor, el del Prestige o estos de crisis– pueden haber sido años felices para muchos. O quizá no, y nuestras épocas mejores coincidan con fechas en las que no pasó nada sobresaliente: una secuencia de semanas anodinas, tranquilas, que discurrieron sin especiales alegrías ni sobresaltos. Años del montón.
Las probabilidades de que el 2012 resulte tranquilo y aburrido son muy bajas. No puedo desearles un año así. Pero con todas sus cuestas y curvas, ojalá sea un año feliz. Al menos, para usted.
Que sea feliz, Paco. Para ti y todos los tuyos, especialmente. Y que sigas escribiendo mucho y bien, ¡como nos enseñabas a hacer en la Facultad!
Un abrazo, Paco
Que de nuestro fuero interno saquemos toda la fortaleza necesaria para afrontar todo lo que este año tengamos que afrontar. Que mantengamos la ilusión necesaria por seguir adelante, apreciando los pequeños momentos maravillosos que suceden a diario. Que apreciemos nuestras vidas y la de aquellos a los que queremos. Que nadie ni nada nos quite el empeño por mejorar, por sonreir, aunque en ocasiones no haya muchos motivos para hacerlos.
Un fuerte abrazo, Paco. Un fuerte abrazo para todos aquellos que dedican un ratito de su tiempo a leer los comentarios de este blog.
Feliz Ano a todo/as que participan neste Blog e en especial a ti, Paco, é certo que o tempo fai ver as cousas na súa xusta medida mais o problema está en vivir o presente con intranquilidade e temor así como descoñecer o que pasará no futuro xa non por un mesmo senón polos nosos fillos.
Feliz año, Paco. Pese a los presagios y pronósticos, tengo muchas esperanzas puestas en este 2012. Quizá sea uno de los mejores. Ojalá. Un abrazo fuerte.
Gracias, Elena. Igualmente. Qué alegría tener noticias tuyas. Ojalá el 2012 sea como dices.