La Voz de Galicia

Mi cajera

Ayer me escribió  «Una cajera», parece que es mi cajera, tres años después del artículo sobre ella que, quizá, nadie recuerde.

Me alegró tanto…

Lo hizo  en un comentario a la segunda entrada, «Más sobre la cajera»,  y me ha costado muchas horas aprobarlo por un pudor comprensible.

Pero es lo que ella quiere y debo respetarla, así que lo publiqué .

Luego se me ocurrió que quedaría enterrado si no aviso: está en este enlace.Seguir leyendo

Luna retrasada

Columna en Nuestro Tiempo que me olvidé de colgar aquí. Quizá no me dio tiempo. Empieza así:

Escribo a primeros de febrero, en un sábado que amaneció frío y con una niebla pegajosa que se agarraba al mar, al asfalto y a las casas. Cuando el día viene así, para animarnos, decimos: “¡Esto levanta!” Sin comprobarlo en el periódico, fui a buscar a mi hermano y marchamos hacia la finca de un amigo.

La niebla se iba deshilachando por los bordes de la carretera y se replegaba poco a poco y en desorden hacia las cimas de los montes. Cuando llegamos, había un sol tibio y tímido, apocado. Pero pudimos percibir que la finca ya no olía a invierno: “Aunque la luna viene retrasada”, dijo nuestro amigo, “ya se siente la primavera: está todo explotando, escachando, como dicen aquí”. Una hilera de mimosas amarilleaba detrás de la casa, que hoy

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Autocrítica

La semana que termina pasará a la historia del periodismo, pero a la menos heroica. Nos ha vuelto a ocurrir. Como en la gripe A, la tentación del alarmismo pudo sobre los datos. Mientras los muertos reales crecían diariamente de mil en mil, los medios nos ocupábamos de un accidente que, a día de hoy y que se sepa, todavía no ha producido ninguno. Esto se justificaría si estuviéramos hablando de una amenaza latente capaz de provocar una tragedia mayor que la ya ocurrida. Los datos científicos y técnicos desmentían tal posibilidad, así que nos hemos agarrado a declaraciones estrepitosas e interesadas de alemanes y franceses. Un papelón. Y todo eso mientras Gadafi marchaba hacia Bengasi con la complacencia de la Santa ONU, tapado encima por el alarmismo de la tragedia japonesa. Tristísimo. La crisis de los medios no es tecnológica, sino de periodismo.
Piensen, para el caso español, en … Seguir leyendo

Ipadear

Parece que los que usan iPad no se perciben a sí mismos como alguien que está leyendo un libro, escribiendo un correo o jugando, sino como personas que usan un iPad, aunque estén leyendo, escribiendo o jugando. No es cosa mía, sino de un estudio que se hizo público esta misma semana. Por lo visto, ocurre con el iPad algo parecido a lo que, casi desde siempre, ha sucedido con la televisión y, muy especialmente, desde el maravilloso descubrimiento del mando a distancia: que zapeamos. Es decir, uno se coloca delante del aparato sin un propósito definido y se dedica a picotear los botoncitos hasta que algún programa le detiene. Del mismo modo, con el iPad, uno enciende la tableta y empieza a bordonear entre las diversas aplicaciones que se hayan bajado.
He de admitir que, más de una vez, al abrir el iPad me he preguntado, “¿pero para qué … Seguir leyendo

Mascarada

Ser uno mismo resulta muy cansado, ya lo dijo, de otra forma y quizá con otro sentido, Pablo Neruda. De ahí el éxito del carnaval y de la máscara: te permiten esconderte un rato, de modo que no se te atribuyan actos que, en condiciones normales, serían -según tú mismo- impropios de ti. Una especie de paréntesis en el duro trabajo de ser yo, de parecernos a lo que realmente queremos ser.

Pero el carnaval resulta muy complicado cuando no es un paréntesis, sino una superposición, cuando nos ponemos la máscara sobre otra máscara o sobre otras máscaras. Cuando aparentamos sobre lo que ya aparentamos y no somos. Cuando carnaval es todo el año y, además, tenemos Carnaval. ¿De qué podrían disfrazarse, por ejemplo, los líderes de Estados Unidos o de la UE después de cómo han actuado con Libia? ¿De demócratas, de nosotros-no-intervenimos-en-asuntos-internos- de-otros-países, de campeones de los derechos … Seguir leyendo