La Voz de Galicia

Me olvidé de incluir aquí la última columna en Nuestro Tiempo. Empieza así:

Me parece que era Steiner quien decía que para leer hacen falta dos cosas: silencio y un lápiz. Los libros que se pueden leer sin silencio o que no impelen a la nota al margen, al subrayado, a la acotación de una idea, al garabateo de una réplica, una queja o una expresión de entusiasmo son libros de consumo, como diría C. S. Lewis: libros que se usan como los helados o los caramelos, los pañuelos de papel o los vasos de plástico. Es decir, son libros que no incitan al diálogo, a la conversación, que no te revuelven la cabeza, que no enredan con tus estereotipos y prejuicios. Acabo de leer uno de Adam Zagajewski, titulado En defensa del fervor, que ha quedado exhausto, el pobre, de notas al margen y subrayados (algo, por cierto, que algunos amigos aprecian cuando luego se los presto así, impúdicamente marcados).