La Voz de Galicia

Copio el arranque de una entrada en El café de Ocata, pero conviene leerla entera. Y el resto del blog, también:

«Ha cogido sus cuatro bártulos y se ha vuelto para África, donde lo espera su madre viuda y sus dos hermanos. Antes de marchar nos pidió un teléfono para su madre. Hicimos una colecta en Vins i Divins y se lo dimos. Y se fue. Y ahora echamos en falta lo que reía cuando A. le decía: «Fari, cuando cruces la carretera, sonríe, que si no, no se te ve». Y él sonreía para nosotros, agradeciendo nuestro interés y nuestras bromas y el vaso de agua que le dábamos, pero todos sabíamos que al día siguiente volvería a cruzar la vía del tren y la N-II en plena noche, arrastrando su carro de la compra lleno de abalorios.

Durante el verano aún iba tirando, pero estos dos últimos meses lo único que vendía era elefantes anticrisis con la trompa levantada, a un euro la unidad.
– Compra, esto contra la crisis. Elefante buena suerte.

Yo solía acompañarlo por las mesas para animar a los clientes a que combatieran la crisis por un euro. Con irregular fortuna, todo hay que decirlo. Además un cliente que se lo compró tuvo un accidente y apareció una noche con muletas y un humor corrosivo que le espantó muchos compradores potenciales (sigue en…  Se ha ido el Fari)