La Voz de Galicia

Acaba otra semana grotesca, de esas que te hacen decir «¡bah!» a cada instante cuando vas pasando las hojas del periódico. Al bochornoso abandono internacional del pueblo iraní se une ahora la comedia bufa sobre el golpe de estado en Honduras con el mismo resultado: nada.  ¡Bah!
También fue nada lo que ocurrió en nuestra cámara alta: aquella sonrisa de la vicepresidenta Salgado después de la votación reflejaba muy bien que no había ocurrido nada, que, vale, le habían tumbado el techo de gasto, pero no importaba, porque pensaba llevárselo al Congreso y aprobarlo otra vez. Enésima demostración de que el Senado, con sus 264 senadores, es una institución inútil y carísima. ¡Bah!
Después de semanas de idas y vueltas, Zapatero decidió anteayer cerrar/dejar abierta Garoña en/hasta el 2013. Lois Blanco se ocupó del asunto ayer en este mismo espacio, así que no insistiré en la falta de razones para tomar, precisamente, esa indecisión. ¡Bah!
Terminó, al menos de momento, la comedia de espías del CNI, protagonizada por su Director y por la institución entera: da la impresión de que nuestro servicio de inteligencia ha salido muy mal parado y no solo a causa de los problemas de imagen de su hasta anteayer jefe. Parece, de hecho, que nos hemos quedado sin CNI para una temporada. ¡Bah!
Podría seguir con Luis Bárcenas, con los audis de la Xunta, la gloriosa huelga del metal o con tantas otras noticias que habrán provocado otros muchos «¡bah!», expresión aburrida de quien nada puede hacer y pierde poco a poco la esperanza. Quizá por eso estén cayendo a lo bestia las ventas de los periódicos. Aunque también es posible que se trate del efecto contrario: como cada día se leen menos periódicos, los gobiernos se sienten capaces de torpezas mayores ante una opinión pública que ya ni se entera. «¡Bah!», dirán.