La Voz de Galicia

Escribe García-Máiquez en el Diario de Sevilla de hoy:

«Entre los pedagogos, unos consideran mejor la enseñanza diferenciada, otros la mixta. Todos tienen sus razones. Lo prudente sería que los políticos no tomarán partido por ninguna de las posturas y dejasen que los padres eligieran sin trabas lo que consideren más conveniente para sus hijos. Pero si se retiran los conciertos, sólo las familias con dinerito podrán optar por los colegios no mixtos, que serán exclusivamente privados. Imaginemos por un momento (como hipótesis de trabajo) que la educación no mixta fuese más eficaz: se estarían perpetuando los privilegios de clase.
No hace falta, sin embargo, construir hipótesis. Basta con la realidad. Si ambas educaciones presentan sus propias ventajas y son respetuosas con los derechos de los niños, ¿por qué no permitir (y alentar, incluso) que convivan los dos sistemas, abriendo así el abanico de la libertad? La tentación del totalitarismo es insistente y bienintencionada: nos invita a imponer nuestras opiniones —que son las acertadas, por supuesto, para nosotros— a la totalidad de la población, quiera o no. La única vacuna eficaz contra la intolerancia es un respeto total a la diferencia. Y en este caso particular, a la diferenciada»

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