La Voz de Galicia

Leo que Nuevas Generaciones de Pontevedra prepara una campaña a base de condones en cuyo envoltorio se lee: «Haz el amor y no el bipartito». Supongo que alguien lo encontrará original. Esta misma semana me entregaron un folleto publicitario de los títulos y grados de la Universidad de Vigo que venía también en una caja de preservativos y decía algo bastante bobo sobre «total sensibilidade». La semana anterior se supo que un folleto del PNV para estas elecciones tiene también forma de condón y canta las bondades de Ibarretxe como un candidato seguro y fiable. Sus contrarios responden que, aunque fuera así, nadie se lo pone cuatro veces. Todo muy elegante y de mucho nivel.
Recordé de pronto aquella campaña de Iniciativa en Cataluña, que también repartía condones con el delicado lema de «Fó—te a la derecha». Entonces me fui a la red, tecleé «condón» «elecciones» y me salieron más de 80.000 resultados. La original idea se ha usado en decenas de países —campaña de Obama, incluida, of course—, desde hace más de cinco años.
Bueno, cada uno hace lo que puede. Lo bueno sería que tuvieran grandes ideas y propuestas y que acudieran a los creativos publicitarios para intentar plasmarlas en imágenes atractivas. Cuando no hay ideas, resulta muy difícil dar con el símbolo adecuado y, sin don, se recurre al condón, a una vulgaridad tosca.
Pero tan preocupante o más que la falta de ideas es que se asocie el señuelo del condón al reclutamiento de gente joven, ya sea por la Universidad (donde resulta particularmente grave), ya por los partidos políticos de cualquier color. ¿Será que es «eso» todo lo que tienen que ofrecer a los más jóvenes? ¿Será que «esa» es la idea que tienen de ellos, de sus preocupaciones, ideales y luchas? ¿Será que «ese» es el ideal que quieren que tengan? ¿Niños obesos y obsesos? ¿Manipulables?