La Voz de Galicia

Copio de un correo electrónico que me llegó ayer:

«Sorprendentemente las cosas van muy bien en la empresa. Hace unos meses tenía que tomar la decisión de no renovar unos contratos y me dio lastima. Pensé que podría aguantar de toda la gente porque son excelentes personas y, si no tenía trabajo, haríamos obras o mantenimiento. También pedí más materias primas para proporcionarles faena. Mis competidores se asustaron y recortaron personal y almacenaje. Ahora nosotros podemos atender los pedidos y hemos incrementado cuota de mercado y subido ventas en un mes tradicionalmente malo como septiembre. Nunca vendimos tanto como este mes. Y todo porque fui un blando».