La Voz de Galicia

Me han disgustado algunas de las fotos de la niña iraquí que decidió entregarse a la policía en lugar de inmolarse.
No estoy seguro de que suponga una ayuda para ella el que todo el mundo conozca su cara.
Pero, sobre todo, estoy convencido de que los fanáticos que le ataron los explosivos al cuerpo utilizarán esas fotos en que se la muestra esposada a una reja, medio desnuda -al menos para los estándares musulmanes- y con un policía varón trabajando sobre su chaleco.
Entiendo que las cosas se hayan hecho así, pero no entiendo que nadie haya caído en la cuenta de que no podían tomarse esas fotografías o, ya tomadas, difundirlas.
Éstas faltas de comprensión y de respeto por su mentalidad, que entienden como afrentas, sólo sirven para afinar el odio.