Cualquiera podría adivinarlo: ¿en qué puesto nos sitúa el Eurostat en cuanto a consumo familiar de restaurantes, bares y asimilados?
Los segundos por detrás de Portugal. Los detalles pueden verse en Wonkapistas.
He acertado con el nombre del blog.
Cualquiera podría adivinarlo: ¿en qué puesto nos sitúa el Eurostat en cuanto a consumo familiar de restaurantes, bares y asimilados?
Los segundos por detrás de Portugal. Los detalles pueden verse en Wonkapistas.
He acertado con el nombre del blog.
No conocía la encuesta pero ya me daba a mí que estábamos muy bien clasificados.
Me gustaría saber las causas. Quizás resulte que somos gente mas sociable, que vivimos mas la calle y menos en nuestras casas. Puede que no seamos tan sociables y prefiramos ver a los amigos en el bar y no en la intimidad de nuestro hogar. Es posible que tengamos una predisposición genética para la gula. Quizás todavía no hemos alcanzado una verdadera cultura del ocio y por no tener preferencias ni aficiones, matemos el tiempo en la taberna.
No se para que sirve el esfuerzo de pensar. Lo mejor sera meterse un lingotazo para olvidar y así colaborar a que subamos en el escalafón.
A su salud señores.
Hombre, Prometeo, quizás yo vea las motivos en causas más prosaicascomo el clima, el carácter y no olvedemos que somos católicos (y por ende mucho más alegres que los calvinistas y luteranos; basta con ir a Irlanda y compararlo con Inglaterra). Pero hay una cosa que me llama la atención de lo que dices Puede que no seamos tan sociables y prefiramos ver a los amigos en el bar y no en la intimidad de nuestro hogar». Esto mira, me da que pensar.
Yo creo que hace tiempo que dejamos de ser sociables y somos más egoístas…Y si no, pregunta a los psiquiatras que tienen más trabajo que los fontaneros y electricistas….en fin…Muchas veces se está ne la taberna por soledad. Doy fe
Un saludo
Comentamos este post durante la comida y me decían que en Ordes (de dimensión similar en población a un pueblo sueco donde uno de mis compañeros comensales acababa de pasar unos días), hay un censo superior a cien bares, mientras que en el pueblo escandinavo no pasan de cinco.
También opinamos que este es un fenómeno del norte y más bien gallego, pues en el resto del territorio peninsular, los bares no abundan tanto. Nuestra conclusión era que en Galicia ayudamos a subir la media nacional.
Nosotros a Latinoamérica , exportamos muchos hosteleros, abriendo los primeros colmados en la pampa, como los que frecuentaba el gaucho Martín Fierro. Poblamos todo el caribe de bares y la mayoría de las sociedades gallegas en el extranjero, empiezan por montar un bar para reunirse.
El chigre (en proceso de regulación), representa algo totalmente entroncado con la cultura popular. Sirve para deshacerse de la cosecha excedentaria de vino.
Cuando casi adolescente compre mi casita de piedra, en mi aldea vivíamos menos de veinte familias y nuestra vecina Margarita, acondicionó la cuadra del burro para servir de taberna. Cuando ella no estaba, nos servíamos nosotros directamente y apuntábamos en una libreta. Era un pequeño local que solo disponía de una mesa y una barra que consistía en un tablón apoyado en unas cajas de cerveza. Todos lo considerábamos una infraestructura necesaria, puesto que allí acabó situándose el primer teléfono de la aldea, se dejaban los recados, se hacían las reuniones de la comisión de fiestas. Servia para alojar los escasos trofeos futboleros e incluso organizar las excursiones a Portugal para comprar toallas y cubertería. Unos inspectores un día cerraron la taberna. Nos dijeron que había sido denunciada por los bares de las aldeas vecinas. Con tan escasa clientela no llegaba ni para pagar los impuestos y nunca mas volvío a funcionar. Nosotros nos reunimos durante un tiempo desconcertados delante de la que volvió a ser cuadra del burro e incluso alguno, creo recordar que propuso movilizaciones pidiendo exención fiscal para nuestra taberna.
Don José que era un señor mayor muy viajado que ejercía siempre de líder en las reuniones nos ilustró con sus argumentos:
“Esto é algo totalmente noso, que está na nosa idiosincrasia e nos temos dereitos, o mesmo que os da cidade ou de pobos grandes. O estado esta na obriga de garantizar o noso dereito. Os americanos teñen unha enmenda para ter dereito a ter escopetas pois para eles eso é unha cousa autotona e enxebre. Nos tamén tiñamos que ter una enmenda ou como se chame, e si nos pechan a taberna, que nos fagan una casa de cultura desas que teñen unhas cantinas moi bonitas”
Hombre, efectivamente, en cuanto a bares no estamos en el vagón de cola en el que aparecemos en el resto de encuestas (lectura, nuevas tecnologías, productividad…). Galicia es, además, un caso especial, con pueblos de tres casas que tienes dos bares, para fomentar la libre competencia, digo yo. Ya lo decía la canción de Gabinete Caligari: «Bares, qué lugares tan gratos para conversar»:
http://www.youtube.com/watch?v=Dpf56AvccvI
«Bares, ¡qué lugares!» Efectivamente.
Y cerveceando ya son… el summmmummm.
Sois conversadores natos. Lo de bar le va bien a este blog. Prometeo, te recuerdo mucho por aquí: ¿no habrás puesto alguno de tus inventos en la playa de Ondarreta?
Me imaginé que lo «Vagon-bar» por algo sería. Es que en España quitamos los bares y ¿qué nos queda? Los negocios se hacen en los bares, al igual que las citas con los amigos, tanto en verano como en pleno invierno. ¡Qué bien se pasa en los bares! Los censos de bares en algunas calles son tremendos. En algunas calles tenemos bancos, no de sentarse, sino de los otros. ¿Con cuál quedarse? Casi todos con los bares, que te alegran la vida.
Pues algo tendremos por ahí. En todos los sitios nos “pican” algo, aunque no se si exactamente en esa playa..
También se te hecha de menos por aquí.
Volviendo al tema de los bares..
El tabernero, solía solapar sus funciones con la de almacenero y nos proveía tanto de vino como de viandas. Eran los guardianes del maná que alegraba nuestros corazones y aliviaba los estómagos vacíos. Otros sueñan con despertarse en un paraíso rodeado de vírgenes. El “Valhala” escandinavo aquí se hace terrenal y se relee como “ bar-jalar”. El nirvana es el parloteo y las risas de una cuadrilla de amigos, arrebujada por el tintineo de los vasos y las cucharillas de café. Son sonidos tan necesarios para nosotros como pueden ser los trinos para los pájaros.
Un bar sirve de descarga catárquica ahogando los recuerdos que perturban la conciencia y el equilibrio nervioso. En la barra varamos y nos fundimos con otros seres individuales que allí se hacen más sociales, más humanos.
Un sabio profesor aseveraba que para saber filosofía hay que entregarse al “dolce far niente” de un bar y ver pasar la vida, para interpretar su curso e intuir sus arcanos.
Este es pues, un titulo muy apropiado para un sitio como este.
Por eso, Prometeo, los griegos, que lo inventaron absolutamente todo (las matemáticas,la ciencia, la filosofía, la literatura…) antes de hundirse en el abismo, sabían que las grandes ideas nacían de una buena charla entre pensadores ociosos que sesteaban en el ágora… Y el bar, claro, y el vagón-bar son nuestras humildes ágoras del 2008.
Un vagón o por lo menos el vagón que yo tengo en mente, tiene ventanas por donde entra luz, a veces luz natural, a veces luz reflejada de otros vagones. Pero es en este vagón-bar donde terminan posándose las conversaciones nacidas de observaciones, experiencias, y reflexiones. Un vagón exaltado de sustancias que no sólo hacen pensar, pero que en momentos, envuelven el alma.
Vagón bar está bien, porque viaja, descansa y charla, y además propicia el encuentro con el viajero desconocido. Pero la verdad es que a mí los bares nunca me han gustado. En todo caso las terracitas con la cervecita.. pero los bares… ese humo, el ruido, el ambiente tan «varonil», las risas, el partido… Tal vez sea más amable el concepto de café, cafetería, por aquello de las tertulias. Pero ni así. Dónde esté una silla por la fresca a la puerta de casa, o la propia casa con los amigos, o un paseo largo hablando hablando hablando…
Tienes razón Towanda, pero por desgracia aquí las aceras son estrechas y no pueden alojar las sillas. Precisamos amplias alamedas como las de Montevideo, donde la gente se reúne a tomar mate, esa hierva entre sedante y excitante que propicia la plática serena y reflexiva.
Me acuerdo de aquella milonga que decía:
Pescadores de la rambla, que gastan vientito fresco, mateando tranquilamente, en los domingos eternos.
no dispongo de datos estadísticos pero allá donde vayas hay un bar, o similar: tasca, mesón, café, café bar, cafetería, restaurante bar, cantina, taberna… y por supuestísimo un VAGÓN-BAR… ahí es nada.
bicos,
Aldabra