Después de unos días sin poder atender el blog, compruebo que no hago falta: funciona solo, porque ha sido invadido por los comentaristas. Ya han escrito aquí mucho más que yo y, aunque ni aparezca, siguen discutiendo la última entrada o entradas antiguas. Se enzarzan en discusiones interminables que nada tienen que ver ya con lo que yo hubiera propuesto. Bueno, pocas veces tienen realmente que ver.
Para los asiduos: los caballos de Prometeo (bueno, una parte de ellos) salen hoy en la home de lavozdegalicia.es y en la última del cuadernillo de Coruña de La Voz.
Aprovecho también para devolver la visita a Compostela, Sonsoles, Un quiosco de malaquita, Entre nómadas, Ser persona, Seguir senderos, Farrapos de gaita, Giro 360º y al Pianista. Supongo que me dejo alguno, pero ya lo repescaré. Vuelvo pronto.
Bueno, Paco, a mi me parece que está muy bien el blog, no?
La gente habla y discute y eso está bien.
He visto los caballos de Prometeo muy bien acompañados, je,je (se me ocurren muchos chistes pero me voy a contener).
Unha aperta,
Mikel
¿Quién nos lo iba a decir? Él que parece tan serio y tan formal… Ya lo decía John Wayne: «Yo no hago películas que no pueda ver mi caballo».
Han escogido la foto en la que salía bien la modelo. Pero ella a mi no me compete. Solo me interesa que salgan bien guapos los “pretos”.
Zezeré siempre tan altivo salió con la cabeza baja. En realidad se dieron cuenta que la chica estaba asustada y la estaban moviendo a su antojo.
La modelo es una chica muy guapa y muy joven,(podría ahorrarme esto) pero también muy profesional.
Para todo hay que tener oficio. No basta con nacer agraciado.
Non hai reclamo máis eficaz que unha rapaza nova, guapa e con pouca roupa para un producto xornalístico -ou o que sexa-. Se ainda por riba é profesional… ¡fenómeno!
Por contrapartida a nuestra colaboración, únicamente pedí unas fotos de mis niños con sus caritas ilusionadas. A mi me parecen muy guapos y sus risas me llenan de alegría. El otro día mostraban emocionados a las visitas los caballitos miniatura Zipi y Zape. Sus manitas rozaban el pelaje como la brisa calida acaricia el brezal. Todo pareció pararse a su alrededor mientras nos enseñaban que para vivir solo hace falta amar. Besándolo y uniendo su carita al la del caballíto¡ que parecía también sonreír, decía Lucía:
¡ Te quiero Zipi, eres muy bonito, te quiero mucho ¡
Usaba el tono de una cariñosa mamaíta que estaba solo en este mundo para querer.
En ese momento los que asistimos a la escena compartimos un instante de felicidad plena.
Lo poco que se vio de los caballos fue suficiente para imaginarlos galopando con elegancia y añadiendo belleza al lugar por donde se desplazan.
¿Son gemelos? Los diamantes en la frente de cada uno parecen serlo.
Claro!!! ¡¡¡Ya decía yo que no veía a los caballos!!!
¡¡Menuda Graciela!!
Javier
Pero salen caballos en la última del cuadernillo de La Voz. no sé, tengo que leer con más atención la cosa.
Amalia, o asunto é que a foto non é para os homes senón para as mulleres. Algún habera que merque lencería a noiva ou a muller, pero a malloría serán elas as que desexen ou non adquirir ese obxeto. O corpo humano estase a usar tamén no caso dos hombes e agora ves como saen practicamente espidos para anunciar unhos calzóns ou un perfume.
Podo contar que antes os meus compañeiros de traballo tiñan como en todolos talleres calendarios de rapazas y as mulleres molestaballe moito. Pero a sociedade esta cambiando e as mesmas casas comerciais empezaron a sacar fotos de homes. Cando as mulleres empezaron a expoñelos, os que pasaban por alí amosabanse molestos e dicían: “esos son todos gays”. O final optaron todos por rirse e retirar a propaganda. Non entendo nada de lenceria, pero non sei como se podería expoñer millor se non é nun corpo xoven e fermoso.
A maldade non está nese corpo senón no ollo que mira.
Cecais porque eu a vin traballando, non apreciei nada libidinoso Eran unhas bragiñas e unhos suxetadores que a min parecíanme unhos bikinis. ¿Por qué habería de parecerme mal si na praia de Riazor as mulleres expoñen moito mais os seus corpos en publico, sin que a dia de hoxe a ningén lle chame a atención.
Golegá y Zezeré no son gemelos pero podrían serlo. Los dos son de capa prieto azabache y ambos tienen un lucero blanco en la frente. Son sementales enteros (no están castrados). Eso hace que ambos sean dominantes y por eso sea muy complicado manejarlos hasta que están concentrados. Esta desventaja inicial se compensa con que no se asustan nunca, lo que es muy importante en el enganche donde el cochero solo dispone de la voz y las riendas para guiarlos (la fusta solo es para corregir). Son muy templados y saben llevar solemnemente al paso un coche de ciento cincuenta años o arrastrar un maratón campo a través con velocidad y vigor desbordado.
Tengan mucho-poco-nada que ver, te encanta… Avanti, maestro.
Muy buena la frase de Wayne, porque el caballo también tiene sus derechos como peliculero. Gracias por el enlace.
Falo de reclamo nun medio xornalístico. Non é o mesmo que eu, xornalista, esté en biquini en Riazor que eu, xornalista, vaia en biquini a unha rolda de prensa ou presente así vestida un programa de televisión. Ven a conto que nun anuncio de lencería unha muller vista lencería, pero non sei se a páxina de Portabales -con todo respeito para el- encaixa nese tipo de soporte. E, ainda así, non pasaría nada se fose un caso puntual en lugar de formar parte dunha tendencia cada vez máis habitual. En todo caso, era só un comentario…
Amalia, como sempre fasme ver as cousas doutra maneira. ainda que como ti dis, penso que Portabales (a quen non teño o gosto de coñecer)non creo que o fixera no senso de explotar o corpo feminino. A min serviume para gastar unha broma a un amigo. El vive fora pero coñece os cabalos.
simplemente lle mandei a foto e o pouco tempo contestoume ¿como o fixeches? amplio e amplio e non acerto a saber por donde empatachedes o photoshop. Nunca se podería imaxinar que a foto fora real
Bueno, a ver se na próxima lucen máis eses fermosos cabalos.
Saúdos
Estoy impresionado. No se como me metí en medio de gente tan importante. Toque algunas direcciones y me salieron profesores y grandes profesionales. ¿Qué hago yo aquí? La culpa la tiene Paco. Le conté aquella historia que dio pié al articulo de buscar la fama. Un navegante que por renunciar a la fama se convirtió en un mito. Coincidiendo en el tiempo y sin que me enterara, empecé a recibir llamadas y visitas y ahora acaban de darnos otro premio. Me invitan a masteres en la Universidad e incluso me han pedido que hable en una cena coloquio del club financiero. ¿Que pinto yo allí? No se ponerme corbata y tendré que llevar el coche de mi padre que esta muy viejo o esconder la furgoneta para que no la vean al lado de tanto cochazo. Ahora me doy cuenta que también puedo ir en taxi.
Tengo un nudo en el estomago. Mi madre me riñe. A mi me gusta estar con mis bichos o navegar en solitario. Fondeo, me abarloo a los pesqueros y evito los clubes náuticos. Soy hijo de un pobre y hace menos de una década solo tenía un pequeño velero y medio millón de pesetas sin paro ni renta alguna. En aquel momento pensé que lo que me restara de vida lo entregaría al mar. Conocí a Julio Villar en las Azores. Había leído su libro hacía muchos años. Para mi era un titán. Retirado forzosamente del montañismo por una lesión, compró un chiquito vela ligera sin motor y sin saber nada, pensando que ya aprendería por el camino, se dio como si nada la vuela al mundo. Ahora tenía ya cincuenta años y vivía haciendo transportes de veleros. Estaba cansado, no había cotizado nada a la seguridad social y estaba preocupado por su futuro. Yo tenía una familia que mantener. Aquella noche estaba en puerto podría dormir a pierna suelta, pero me levanté varias veces a cubierta y no pude conciliar el sueño. El mismo que me había echado al mar, ahora robaba mi sueño. El viaje de vuelta fue como una despedida y enfundar los zapatos en mis pies de marinero siempre descalzos. significaba asumir mansamente mi cautiverio.
Ahora tengo un barco más grande: el Prometeo. Es mi sueño, en aquella época tendría cumplidas todas mis expectativas. Siempre viví rodeado de animales. Incluso llevé mucho tiempo de compañeros en mi furgoneta dos perros y un gato. Un día paré en una aldea y una señora mayor me preguntó amablemente ¿y usted que trabaja en un circo? Mi abuelo tenía caballos, yo ayudaba a algunos amigos que tenía yeguas de vientre en el monte. Me gustaron siempre las labores de campo y la etología. Ahora tengo un poco de sitio y cuido mis propios caballos que comparto con los niños. Organizo cabalgatas de reyes, los llevo a pasear y hago lo que puedo con la monta terapéutica. Sin que sea un acto de rebeldía, acabo llevando en carruaje a los pobres a su boda y nunca a los ricos. Sencillamente los primeros son gente sencilla y son mis amigos y los ricos quieren pagarme, pero no tengo tiempo y no me compensa un poco de dinero, pues también necesito descansar.
Quizás y a pesar de que todavía me falta algo para los cincuenta años, he tenido la suerte de hacer muchas cosas en mi vida. Entre ellas enfrentarme con estoicismo a la una muerte certera que por ahora se va aplazando. Este trance os confieso que lo exhumo de entre mis recuerdos cada vez en menos ocasiones. Pensé en marcharme y navegar mis últimos días, pero tengo que estar al frente cuidando mi pequeña manada. Mi mejor medalla como patrón fue que Pancho me considerara padre. Fui el padrecito temeroso de un bravo marinero que me doblaba en edad. Ahora tengo que mandar otra pequeña tripulación en mares procelosos. Preferiría barloventear en los cuarenta bramadores, pero es lo que me toca vivir.
Muchos habéis entrado en mi espacio íntimo. Sabéis quien es Prometeo. Me encuentro mas desnudo que la modelo y me da mucha vergüenza. Os pido perdón a todos por muchas tonterías que seguramente he escrito aquí. Me disculpa que siempre os he advertido que no soy más que un humilde chapucillas.
Esto no es una despedida, pero tengo que desengancharme. Disfruto mucho con vosotros pero soy muy tímido. Es una paradoja: los navegantes solitarios somos los más charlatanes por la radio, pero cuando llegamos a puerto nos escondemos por los rincones.
Me gustaría conoceros personalmente a todos y os abro mi casa. Yo no soy un cronista, escribí para mi cuaderno de bitácora un poco para pasar las largas horas de vigilia: Un ojo al radar, un ojo al rumbo y otro emborronando papeles. Le decía a Paco el otro día En una tripulación siempre hace falta un buen cocinero y un Pigafetta. . En la navegación hay que entender un poco de todo y nunca me he avergonzado de ganarme el pan enfundado en un buzo o cavando agujeros. Ahora sin embargo me veo como un bicho raro entre tantos maestros y os confieso que estoy avergonzado.
Pois eu, que son mileurista, maréome nos barcos e tampouco sei levar gravata, bórrome tamén.
Y yo también.
Pues estoy por borrarme yo también, entonces.
Si no siguen Prometeo ni Amalia -que no se conocen, pero son mis amigos: algo muy frecuente en este blog- se me quitan las ganas de jugar.
Con lo poco que faltaba para llegar a los 1000 comentarios!
¿Desenganche? espero que no. Prometeo, espero tener la oportunidad de conocerle en persona, la verdad le felicito. Gracias por abrirnos las puertas. Por favor, siga enganchado, así sea de vez en cuando. Leer lo que escribe es un placer.
Hipoterapia, carruaje con caballos disponible para personas con menos recursos, compartir sus caballos con los niños….que bueno que existen estas posibilidades en Galicia.
Espero que todos sigan participando en Vagón-Bar. Olvidémonos de los mil, simplemente sigamos jugando.
Nooo, no se me ha entendido bien. No quisiera que se me interpretara como un niño mimoso que quiere que le den cariño. Lo mismo que hace la señora cuando te dice que se encuentra fea, porque te has olvidado de decirle que es muy guapa y la quieres mucho.
Sinceramente me encuentro un poco avergonzado. Los que conocéis a Paco compartiréis conmigo que es sumamente amable. Tanto, que consigue que te olvides de lo importante que es. Dije un día que me recordaba a un añejo butacón inglés: te envuelve, es confortable y te hace sentir como en casa. Al mismo tiempo, deja entrever que hay mucho oficio en el ebanista que ajustó aquellas maderas. Intuyes también el nivel de los que han disfrutado de la comodidad del sillón y eso impresiona. Es posible que al no conoceros os idealice, pero sois profesores, intelectuales gente que enseña en universidades y tiene doctorados. Soy un atrevido. Yo os puedo poner unas tazas de vino y un plato limpio y sencillo. Puedo contar un chascarrillo, alguna anécdota y poco más. Podéis venir a conocerme y contar con mi amistad, pero no estoy preparado como vosotros para lidiar en plazas tan significadas. Es solo eso. Mientras tanto procuraré dosificarme, pero seguiré por aquí.
Y muchas gracias por los mimos.
No todos hemos leído los mismos libros, no todos hemos escogido el mismo camino ni hemos tenido las mismas oportunidades, ni las mismas motivaciones, ni las mismas situaciones, probablemente ni las mismas circunstancias, algunos habremos caminado descalzos sobre el asfalto, otros con suelas sobre caminos arenosos y llenos de piedra, otros quizá ni lo rozaron. En cualquiera de los casos, todos hemos aprendido algo. Prometeo, de sentirte avergonzado, pues, entonces yo también.