La Voz de Galicia
Ventana abierta a todo lo que «se cuece» por la Red
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Tan solo era cuestión de tiempo que las quedadas terrenales de los autores virtuales se empezasen a prodigar por Galicia. Me explico: detrás del ya explicativo término «Beers&Blogs» se esconden encuentros o reuniones informales entre autores, lectores y comentaristas de bitácoras pertenecientes a una misma zona geográfica o que comparten una temática similar. A través de un cara a cara, que suele tener lugar en cafeterías o restaurantes (de ahí lo de beer) varias personas comparten su afición por Internet y el mundo de los blogs.
Pues bien, si hace poco más de un mes los blogueros compostelanos se reunieron en la conocida como Blogs&Brees&Grelos, de la que surgió, a su vez, el agregador de blogs Planeta Santiago, en este miércoles lluvioso de primavera, los autores virtuales de A Coruña se han juntado en la primera reunión de blogs vecinales.
El encuentro, que tuvo lugar en una cafetería de enfrente de la Torre de Hércules, congregó a representantes del conocido blog Barrio de Los Rosales, del de Matogrande, el de Novo Mesoiro y el de Os Mallos. El del Ventorrillo, por causas personales, no pudo, finalmente, asistir a la cita.

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Carlos J. Escudero, uno de los administradors de la bitácora de Los Rosales, la cual, en menos de 2 años de vida ha logrado destacar por su gran actualización y su acierto al elegir los temas tratados (debido a la importancia que tienen para sus vecinos), defiende que el carácter de la reunión va más allá de los «Beers&blogs» tradicionales al tratarse en ella, principalmente, problemas vecinales que afectan a los barrios herculinos. Algo que llama la atención porque, como él mismo reconoce, A Coruña es una de las pocas ciudades españolas «con casi un blog por cada barrio».
Debido a que el cara a cara («una cita a ciegas», como apunta Escudero) se está produciendo en los instantes en los que escribo este post, simplemente puedo adelantar algunas de las ideas barajadas en él, como la de poder organizar actividades conjuntas entre todos los barrios (y que serían impulsadas a partir de las bitácoras), servir, cada uno de ellos, de altavoces de los problemas de los otros o, incluso, y debido a fallos técnicos, poder unirlos en un mismo servidor.
Todas estas ideas, que se debaten mientras se apuran unas cervezas, las desgranaré mañana. A estas horas, tan solo me quedo con una realidad que afecta a este tipo de diarios, cada vez más pujantes y extendidos. «Hay que tratar con mucho cuidado ciertos problemas y a ciertas personas ya que, en muchas ocasiones, se puede tratar de un vecino», concluye Escudero.
Lo dicho, mañana más.