La Voz de Galicia
Hablando de riqueza, pobreza, exclusión y con quienes no quieren quedarse al borde del camino
Seleccionar página

Hace unas semanas les proponía regalar mejor con menos y les presentaba Opciones, una  revista referente en el consumo consciente y la economía solidaria. En  su último número Rubén Suriñach escribía un artículo en el que demostraba que si en general la unión hace la fuerza, en el número 43 de la calle Caspe, en Barcelona, lo hace especialmente.

Rubén está concentrado en la presentación inmediata de un ambicioso proyecto de Opciones que pretende financiarse mediante crowdfunding, pero ha tenido tiempo para enviarme un resume de su artículo.

En Galicia coincide con una innovadora iniciativa de la Coordinadora Galega de ONGD de crear un Laboratorio Social (o mejor «aldea social») junto a todo tipo de entidades sociales, cooperativas, banca ética. Se lo cuenta de maravilla Sergio Fernández en su blog.

Antes de dejarles con Rubén, les recomiendo que se suscriban al boletín de la web Economía Solidaria.  A ver quien se atreve a seguir diciendo que no se puede hacer nada…

Moltes gracies, Rubén

Construyendo un mercado social y una economía solidaria

Los bajos del número 43 de la calle Caspe, en Barcelona, acogen en sus dos plantas a 75 trabajadores en una de las mayores concentraciones de entidades de Economía Social y Solidaria.

  • FIARE , empresa de finanzas éticas hija de la cooperativa de crédito italiana Banca Popolare Etica.
  • Hobest, empresa dedicada al asesoramiento para la mejora de modelos organizativos
  • Complementum,  consultora social en políticas públicas y economía solidaria.
  • Nusos, cooperativa dedicada a la divulgación científica y a la educación para la sostenibilidad.
  • Cooperativa ETCS, asesora y dinamiza procesos organizativos y participativos a escala local.
  • SostreCívic, cooperativa que ayuda a poner en práctica modelos de acceso a la vivienda social y ambientalmente sostenibles.
  • Gestcivic, cooperativa que ofrece servicios técnicos integrales en torno a la arquitectura, la energía y el territorio.
  • Observatori DESC, entidad especializada en la incidencia política, la investigación y la formación para la defensa de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales.
  • LabCoop: un laboratorio de ideas cooperativo.
  • Barnaciber, dedicada a la creación de páginas web y servicios de internet;
  • Ex-Libris, cooperativa de servicios de edición y creación gráfica;
  • L’Apòstrof, especializada en la edición y el diseño además de la comunicación; .
  • Arç Serveis Integrals d’Assegurances, ofrece servicios de seguros con criterios éticos.
  • Arç Intercooperació Econòmica, ofrece servicios y recursos de consumo responsable.
  • Centro de Investigación e Información en Consumo (CRIC) y su revista Opciones.

8 de estas 15 entidades y otras dos con locales propios (la cooperativa Trèvol, dedicada a servicios de mensajería y limpieza, y COS, cooperativa de servicios de salud) se integran en el grupo cooperativo ECOS. En total generan 102 puestos de trabajo.

Unirse bajo el paraguas del grupo cooperativo les sirve para acceder a servicios y ventajas que en solitario serían más difíciles de conseguir:  capacidad de negociar como grupo ante las entidades financieras y tener acceso a fondos de inversión; la fuerza de una imagen comercial unificada con su web y la unificación de los canales de difusión de cada una de las entidades socias; el establecimiento de estrategias conjuntas para acceder a nuevos clientes y generar puestos de trabajo en el marco del grupo; las economías de escala en la gestión de webs y otras herramientas de internet… Todo ello con las contrapartidas de tener que dedicar tiempo a la gestión de la dinámica colectiva: reunión mensual de gestión del local, reunión quincenal del comité de dirección, comisiones de trabajo…

Para las entidades que en Caspe 43 no están en el grupo ECOS, el simple hecho de compartir local con entidades de economía social y solidaria genera unas dinámicas que estando en locales separados no se darían. La facilidad de compartir información, las visitas improvisadas para hacer propuestas, los desayunos cooperativos mensuales para que cada entidad presente proyectos y propuestas … Todo ello es un caldo de cultivo propicio para el intercambio de experiencias, el aprendizaje mutuo, el apoyo entre entidades, la creación de nuevas ideas y la emergencia y consolidación de intercambios económicos entre las diferentes organizaciones. Es decir, para intercooperar.

 

LA ECONOMÍA SOLIDARIA EN ESPAÑA

En España hay cerca de 260 empresas y entidades de economía social, articuladas en la Red de Redes de Economía Social y Solidaria (REAS). Esta red estatal y su completo portal de economía solidaria, trabaja en cuatro direcciones: la producción solidaria, el consumo responsable, las finanzas éticas y la cultura libre. En 2011 estas entidades facturaron 218 millones de euros y dieron trabajo a 5.902 personas, además de implicar de forma voluntaria a unas 11.000 personas más.

CAMINANDO HACIA EL MERCADO SOCIAL

Un mercado social se define como una red de producción, distribución y consumo de bienes y servicios y aprendizaje común que funciona con criterios éticos, democráticos, ecológicos y solidarios, en un territorio determinado, constituida tanto por empresas y entidades de economía solidaria y social como por consumidores individuales y colectivos.

En otras palabras, las empresas y entidades de economía social y solidaria debemos comprar y vender entre nosotras, procurando que la oferta de producto y servicio que hacemos sea visible y comprendida por parte de aquellas personas de la sociedad más predispuestas al consumo crítico, y que por tanto deben tender a adquirir nuestros productos y servicios.

Se está promoviendo que cada vez más necesidades puedan ser satisfechas a través de la economía solidaria. Creando nuevas empresas, productos o ramas de actividad que llenen un vacío que existía dentro del mercado social como Som Energia, una cooperativa dedicada a ofrecer electricidad generada a partir de fuentes renovables, lo que ha permitido que se pueda pagar la factura de la luz dentro del circuito económico del mercado social.

En estos momentos existen varios procesos en marcha a nivel autonómico que confluyen en la creación de un mercado social virtual a nivel estatal y que se articulan alrededor del portal Konsumoresponsable.coop, un espacio de referencia que aúna información, formación, denuncia y alternativas desde una óptica de economía solidaria y, sobre todo, es una herramienta de visualización de los mercados sociales. Ya pueden consultar la oferta de su comunidad.

Además, en www.mercatsocial.cat, ya se pueden comprar productos de economía solidaria con la moneda social Ecosol.

 

Vemos, pues, que desde la creación de cooperativas de segundo grado como el grupo ECOS, pasando por compartir el espacio de trabajo y llegando a la idea y la práctica del mercado social, se nos muestra una manera de construir las relaciones económicas y sociales a través de unos valores y unas prácticas basadas en la colaboración, el trabajo conjunto, el bien común… desterrando la ley de la competencia y la búsqueda del máximo beneficio individual que tanto daño nos hace como personas, como sociedad y como especie.

Ruben Suriñach Padilla