La Voz de Galicia
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Un paseo por el lado brillante

La figuración sigue siendo un quebradero de cabeza. Amortizados todos los ismos, Velázquez sigue siendo profundamente moderno y envejece mejor que las vanguardias. El pop art es como el amigo que se cree ingenioso porque es capaz de solapar una batería de chistes fáciles; el hiperrealismo es el cuñado repelente que te amarga las cenas familiares con el relatorio de sus habilidades bursátiles. El Velázquez contemporáneo es Hockney; luego podemos consolarnos con el acuoso Luc Tuymans, hábil constructor de atmósferas. Y finalmente tenemos al inclasificable Alex Katz, que utiliza su delicada, desgarbada y calculada torpeza  para la belleza y la sensualidad; y no para la militante fealdad de los brutalistas germánicos.
Sus cuadros son como un encantador picnic, lleno de frívolos personajes de la alta burguesía. Como si de fondo sonase Burt Bacharach. No hay crítica ni ironía, sino aparente intrascendencia. Pero solo en apariencia. Superada la misión representativa, cuyo … Seguir leyendo