La Voz de Galicia
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Impresionismo sin retórica

Después de tanto hablar de ella, me empieza a gustar esa arquitectura torva, ese urbanismo alocado y rumboso al que llamamos feísmo. Por lo menos me gusta tanto como el pastiche repintado y pintoresco, de piedra vista y colores desacertados, que acaba convertido en un decorado para turistas. Me molesta el barniz rústico con el que queremos corregir nuestra insoportable deuda con la arquitectura popular. La chapuza no es más lesiva que la afectación. Juan Rivas obtiene belleza de estos presupuestos. Pero lo hace sirviéndose de una especie de impresionismo sin retórica. Seco. Tanto en el encuadre como en la ejecución. Se ocupa del paisaje a una hora determinada del día y, cuando ves un cuadro suyo, te sientes como si fueras conduciendo por una carretera secundaria al atardecer. Es ese paisaje y esa hora del día. Él lo ha visto y tu también. La conexión es inmediata. Por la … Seguir leyendo