La Voz de Galicia
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Texto publicado en suplemento Culturas de La Voz de Galicia sobre la exposición de Jeff Wall en el CGAC

Empezaré por el principio: desde hace unos días y hasta el 26 de febrero dos increíbles obras de Frank Stella duermen juntas en el CGAC. Puedes disfrutar de ellas de ellas pisando un enlosado de Carl Andre, bañándote en la tamizada luz fluorescente de Dan Flavin. Uno de los Stellas, Six Mile Botton, viene de la Modern Tate de Londres; el otro, Newstead Abbey, viene del Stedelijk de Ámsterdam. Disfrutarás de los Stellas tú solo, porque el turismo cultural aún no se ha echado al minimalismo. Pero para mí supone tanto como una visita de La venus del espejo, actualmente en la National Gallery, a Las Meninas del Prado. Puede resultar un sacrilegio tratar a Velázquez y a Frank Stella como a dos clásicos contemporáneos. Para Jeff Wall no lo es. Es esa mirada transversal sobre la historia del arte lo que le da potencia y misterio a su trabajo. Stella y Velázquez se ocupan del espacio. Pero además Velázquez y Jeff Wall se ocupan del relato. Y Jeff Wall tiene aún una cosa más: el cine. Es un certero constructor de storyboards. Y aunque no cite a Hitchcock se le puede rastrear en la obra Woman with a covered tray. Una mujer avanza entre los cuidados setos del jardín de una casa de clase media. Lleva una bandeja cubierta por un paño. Hay mucho suspense en lo cotidiano