La Voz de Galicia
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La fotografía primero fue química y mecánica. Hoy es electrónica y digital. Pero siempre se nutre de instantes únicos. Con veinticuatro de estos instantes por segundo lo que tenemos es cine. Pero si unimos aleatoriamente dos instantes únicos en una solo foto, lo que tenemos es un grosero y fraudulento collage. Más o menos la portada de El Mundo del lunes pasado.
Me imagino la situación. El director entra en la reunión de primera página y pregunta ¿no tenemos ninguna foto de Zapatero tieso como una tabla, flanqueado a su derecha por Guerra y el del sindicato amigo y a su izquierda por las dos cachorras, Leire y Bibiana, todos, menos Zapatero, con el puño en alto? No, tenemos eso en dos fotos. Es lo que responde el editor gráfico. Únelas, responde el director. Al estupor inicial le sigue un momento de confusión al suponer que se trata de una broma, de un chascarrillo de viejo periodista. Pero la cosa acaba en la pantalla de un ordenador de confianza donde se perpetra la chapuza. Además el resultado final se le firma a Reuters, lo que le da a la jugada un toque naif. Creyeron que la veterana agencia no se daría cuenta.