La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Las edades del hombre

No sé quién dijo que la prueba irrefutable de que te has hecho mayor llega ese día en que compruebas, estupefacto, que ya eres más viejo que los jugadores de fútbol, esos mismos tipos a los que en la infancia contemplabas a una distancia cronológica casi infinita. Esta teoría, absolutamente inamovible, la vamos trampeando durante un tiempo, echando mano de las fichas de algún que otro portero o central talludito que, a base de gimnasio, prolonga su carrera hasta el filo de los 40 tacos. Pero, según avanza esta movida de los quinquenios y sus incertidumbres, van escaseando los peloteros que pasan de las 35 castañas.

Llega entonces otro instante demoledor: uno descubre que ya no tiene la edad de los futbolistas, sino de los entrenadores. Me acaba de suceder hace unos días. El 18 de enero, para ser más precisos. Cuando las teles relataron que Pep Guardiola, cosecha … Seguir leyendo

Bartleby ataca de nuevo

 Lo siento. Estoy en pleno síndrome Bartleby, ese mal que afecta a quienes un buen día simplemente dejan de escribir porque quedan sepultados bajo el temible lema: «preferiría no hacerlo».  Creo que la maldición cayó sobre mí el día que se me ocurrió mencionar al escribano de Wall Street en este cuaderno de bitácora tejido con palabras de humo. Aunque lo cierto es que me pongo a revolver en este baúl cibernético y, entre otros artilugios de escaso valor, tropiezo en el blog con cuatro referencias a Bartleby. Nada menos. Curiosa reincidencia. Obstinación, diría. Cuatro machetazos en la clavícula (siempre esta manía con las palabras esdrújulas, qué pelma). Menos mal que la tinta se lleva en las venas y no en la osamenta. Será cuestión de hacerse una transfusión.  

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Apuntes

Primero. Perdón por la ausencia, pero surgieron otras prioridades y el blog se me cayó de las manos.

Segundo. Mola la Nobel de Literatura, Herta Müller. Frase corta, tajante, lírica. Prosa poética en vena.

Tercero. Desmayo. Pere Gimferrer, gran poeta y agudo ojo crítico de la literatura universal, se desmaya al comparecer, como miembro del jurado del Premio Planeta, en la gala que anuncia como ganadora a Ángeles Caso. ¿Será una premonición sobre la calidad de la novela? Hay lipotimias muy reveladoras.

Cuarto. Mariano Rajoy ofreció ayer su primera rueda de prensa en seis meses. ¿Qué clase de líder de la oposición está medio año sin admitir preguntas de los periodistas? Yo pensaba que en las democracias occidentales los Gobiernos juegan a la defensiva y las oposiciones al ataque, pero Rajoy ha elegido como estrategia el cerocerismo. Y ya se sabe que quien juega al empate acaba … Seguir leyendo

CR9, otro simulacro

Ya lo he apuntado por aquí en otra ocasión, creo que hablando de la elevación de los cocineros a los altares de la intelectualidad universal. Vivimos, definitivamente y ya sin tapujo alguno, en la era del simulacro: lo que importan no son las cosas, sino precisamente su reflejo en el escenario virtual en el que habitamos. La consecuencia inmediata de esta decisión es que sustituimos la realidad de los hechos y sus protagonistas por su mera representación. ¿Que de qué demonios estoy hablando? De cualquier cosa. Por ejemplo, del funeral de Michael Jackson en Los Ángeles, que es una simple escenificación -no sé de qué- para la que se ha elegido el mismo pabellón deportivo en el que Los Angeles Lakers de Gasol han cosechado su último título de la NBA. O hablo, por citar otro caso de delirium tremens colectivo, de la exhibición circense sobre la hierba del Bernabeu … Seguir leyendo

La silla de la botica

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Antes, cuando entraba en una farmacia, me flipaba comprobar que siempre había una señora mayor sentada en una silla. Bueno, la señora no era siempre la misma, claro, en cada farmacia había una diferente. Yo, que entonces era más joven y me pensaba que la vida era un puro cachondeo, creía que la entrañable viejecita que estaba allí tan plácidamente sentada era una amiga o familiar de la farmacéutica y que había tomado asiento para estar un rato de charleta con la boticaria. Durante un tiempo el asunto no me volvió a preocupar, daba por hecho que todas las farmacias tenían a su señora sentada, como antes tenían un mancebo (creo que ya no se llaman así, ahora los mancebos de botica deben ser por lo menos asistentes de los auxiliares de farmacia o algo por el estilo). Hasta que, un buen día, debido a mis ajetreos cardíacos, entré en … Seguir leyendo