La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Pegado a una canción

 

Hay canciones que, de pronto, se te adhieren al tímpano, a la trompa de Eustaquio, yo qué sé, a la geología interior del cráneo, y sencillamente ya no te dejan. Son como uno de esos moluscos que una vez pegados a un acantilado con barbas de alga y cielo de Galicia ya sólo los puedes arrancar con cirugía (o a martillazos, claro). Estos días, que hasta los traperos han puesto de saldo sus chismes y cacharrerías, a mí se me ha pegado a las neuronas esta pieza de Nick Cave, Breathless.

Uno no puede apellidarse caverna impunemente. Cave lo sabe y es un asiduo de las cuevas, de las estalactitas (o estalagmitas, o como se llamen), de los subterráneos de esta vida aparentemente luminosa por la que nos deslizamos como si fuera el filo de una navaja. Aquí tenemos a Cave, con su banda habitual, The Bad SeedsSeguir leyendo

Dos interrogantes

Algunos lectores me han interrogado últimamente sobre dos detalles de la cabecera del blog. En primer lugar, los internautas de más allá del Padornelo se preguntan qué demonios es eso de farrapos de gaita. En efecto, es una expresión estrictamente gallega y de difícil traducción, pero vamos a intentarlo. Literalmente un farrapo es un harapo, un trozo de tela muy gastado, vaya. De ahí, que a esos flecos que cuelgan del roncón de la gaita (el tubo largo, para entendernos), y que suelen andar algo sobados, les caiga el título de farrapos de gaita. Pero siempre hay vida más allá de lo literal, así que la expresión ha cobrado vida propia. El Diccionario de la Real Academia Galega lo explica así (la traducción es del menda): «Farrapo de gaita. Se emplea en construcciones negativas para mostrar el poco aprecio que se le da a algo o a alguien, … Seguir leyendo

Descorbatados

Los nacionalistas están que trinan. Con la de años que han tardado en ponerse la corbata (aquí Xosé Manuel Beiras nunca llegó a ponérsela, tuvo que llegar Quintana para lucir la versión bloqueira de esta prenda) y ahora viene el PSOE, sector pijo, y se quita la Loewe de seda así, por las bravas. Miguel Sebastián, ese inagotable granero de votos, se plantó el otro día en la carrera de San Jerónimo sin corbata, a pecho descubierto, y Bono, socarrón, le mandó al ujier mayor del Congreso con la pieza de tela ilustrada con los leones del Parlamento. Airado, Sebastián, que apenas tiene de qué ocuparse como ministro de Industria y Energía (el alza del crudo, la moratoria nuclear, las energías alternativas, la subida de la electricidad, la caída de las ventas de automóviles y otras nimiedades), le remitió al presidente de la Cámara baja un termómetro, en … Seguir leyendo

La subidita

El ministro Miguel Sebastián, cuya única proeza política conocida hasta la fecha era la de perder los morros en las elecciones municipales de Madrid, se ha convertido en el mayor rival de su colega Bibiana Aído en la reñida disputa del récord de ocurrencias por hora en el seno de un gabinete que, como apunta Roberto L. Blanco Valdés, tampoco exige grandes meninges para abrir sus puertas (ahí está, como prueba irrefutable, nuestra entrañable Magdalena Álvarez).

En plena hecatombe económica, con el euríbor apretándonos las gónadas y el IPC incrustado en la tráquea, al iluminado Sebastián no se le ocurre otra cosa que pegarle una subidita al recibo de la luz. Hombre, claro, no vaya a ser que la inflación se desplome y caiga por debajo del listón del 5%. Sería una faena, a ver cómo se entretenían luego Trichet y sus calculistas del BCE.

Yo, … Seguir leyendo

Un cuento

Soltaba aquí el otro día, a cuento de la dichosa Eurocopa, que a veces, por una extraña e imprevisible colisión de las galaxias, van y ganan los buenos: la España de Cesc, la prosa de Roberto Bolaño o, ayer mismo, la pintura de Antonio López, por la que un millonetis ha apoquinado en Christie’s 1,74 kilos (de euros, claro, los otros ya no molan, ya no son apenas nada). El tío Gilito de marras ha sacado los doblones de su depósito para quedarse con Madrid desde Torres blancas, óleo que reitera esa tesis de que a veces, por una vibración insospechada de los quarks y las supercuerdas y otras vainas de la física cuántica, la vida es justa y a la chica de la peli no se la lleva el jetas, el gángster, en fin, el canalla de turno. No, viene un tipo de la calle, un … Seguir leyendo

Feliz regreso

No. Que no cunda el pánico entre los parroquianos. No voy a escribir de mi vuelta, hoy mismo, al curro, tema más propio de la página de sucesos que de este rincón. El regreso con el que titulo no es mi aterrizaje, después de unos días de respiro, en la redacción central de La Voz, así, sin paracaídas, ni airbag, ni nada. He vuelto a currar, sí, pero no voy a dar la turra al personal con el síndrome postvacacional y demás patrañas. Lo importante es otro regreso, el de dos de mis blogueros de cabecera, Nacho de la Fuente y Nacho Mirás, que han vuelto a la carretera (en el caso de Mirás, literalmente, ya que se ha echado a la espalda una caravana y ha puesto rumbo a Aquitania). Será un gustazo afrontar este verano de trabajo a la luz del fluorescente con la perspectiva de leer, … Seguir leyendo

A veces ganan los buenos

En las películas de la infancia, o sea, las bélicas y las del Oeste, siempre ganaban los buenos. Llegó un punto en que uno incluso se lo creyó. Pensaba que la vida era justa, que era buena, noble y sagrada, como reza el poema de Lorca. Luego, la historia se encargó de desmentir esa ingenua tesis. Los malos tenían muchos recursos, muchos ases escondidos en la manga. Pero a veces, por un cúmulo de coincidencias y de trabajo honesto, los buenos, contra todo pronóstico, acaban por ganar. Es lo que ha sucedido esta noche, que los buenos, esa España que juega al fútbol en color, ha ganado a esa Alemania que, como indica su uniforme, juega en blanco y negro. Y es que a veces, como en los hermosos Western de la niñez, ganan los buenos.… Seguir leyendo

Peter Pan

 

En una librería de Barcelona que no sé si todavía existe, Documenta, en la calle Cardenal Casañas, encontré hace ya doce años un ejemplar del Peter Pan de James M. Barrie traducido nada menos que por el gran poeta Leopoldo María Panero, escritor obsesionado con la leyenda del escurridizo muchacho. La cosa tiene gracia, porque se supone que es una edición para el público infantil y ya el mismo prólogo de Panero, claro, no es precisamente apto para menores. Hasta tiene unos dibujillos infantiloides para disimular.

Pues bien, el comienzo de la narración de Barrie contiene una de las frases más devastadoras de la historia de la literatura. Nos adentramos aquí en la certera versión de Panero, el último poeta cuerdo en este país que, siguiendo una larga tradición, encierra a sus grandes escritores en los manicomios y a los otros los nombra académicos:

«Todos los niños del mundo, … Seguir leyendo

La auténtica Europa unida

Ya lo dijo aquí Miguel Piñeiro, mi vecino del piso de arriba de esta escalera que forman los blogs de La Voz: lo único que de verdad une a Europa es el fútbol. O sea, durante el curso escolar, la Champions; y en verano, cada cuatro años, la Eurocopa. Por ejemplo, los políticos tardarán años, muchos muchos años, si es que al final lo hacen, en admitir en el selecto club de la Unión Europea a Turquía, un país que hoy jugará, sin mayores problemas, las semifinales de la Eurocopa. De incorporar al gigante ruso a la UE ya ni hablamos, aunque esa misma Rusia de Arshavin se la juega mañana en la otra semifinal con los chavales de Luis Aragonés (la España que también recurre al pegamento de la Liga, que une más que la Constitución y los 17 estatutos de autonomía juntos). Por cierto, a Arshavin … Seguir leyendo