La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Relájate, que estás muy tensionado, échate al sol y lee algo. Vale, pero sin que sirva de precedente, claudica el rostro pálido, a lo mejor es cierto que soy un bicho raro y lo de lagartear en la toalla tiene su punto. Así que baja a la playa, planta la sombrilla con esmero, se unta de protección 50 hasta el cielo del paladar, la camiseta adherida al tórax, la visera atornillada al cráneo y, cuando ya se dispone a abrir el periódico, el chaval de la pistolita de agua, toma chorreo, qué riquiño, si en vez de pistola parece un lanzagranadas. Segunda intentona: sacude, dobla, abre, balonazo en toda la jeta, allá van las gafas a tomar por donde amargan los pepinos. En fin, escupe un par de minchas, traga bilis, ya se conforma solo con mirar de reojo la contraportada, pero, jamematen, ha volado con las esquelas y otras cuatro secciones en medio de la tormenta de arena, con este Nordés me río yo de las polvaredas del Sáhara. Leer en la playa, qué gran placer.