La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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La tarde del 26 de agosto tuve la oportunidad de entrevistar, en su casa de Perbes (Miño, A Coruña) al ex presidente de la Xunta y actual senador del PP, Manuel Fraga Iribarne. El motivo de la cita era incluir a Fraga en la serie El libro de su vida del suplemento Culturas de La Voz de Galicia, en la que cada semana aparece un personaje público hablando de cuál es la obra literaria que ha marcado su vida. La entrevista se publicó el 5 de septiembre en La Voz, pero como uno de los problemas tradicionales del papel es la limitación de  espacio, os ofrezco aquí ahora la versión más o menos íntegra del encuentro. No lo incluyo todo porque, incluso para Internet, sería demasiado largo. No hablamos del caso Gürtel, sólo de libros, y algo de política, claro.

-¿Cuál es el libro de su vida?

-Hay uno que se llama La crisis del Estado, que para mí es el libro más importante de los que he escrito, porque he condensado ahí los problemas que yo intentaba conocer e intentaba resolver. Luego hay otros dos más de esa época, uno sobre el Parlamento británico y otro sobre el Congreso de Estados Unidos. Esos tres libros yo los destacaría como los más importantes de mi labor de profesor y hoy miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Madrid. Y, por otra parte, hay libros de acción política que son innumerables, como este último que le acabo de dedicar a usted: El Estado autonómico. De los libros doctrinales yo creo que el más importante es La crisis del Estado… El Estado no ha existido siempre, han existido otras formas políticas de organización, pero el Estado es una formación que corresponde a los tres últimos siglos anteriores al actual y en este momento está claro que el Estado para unas cosas se ha quedado grande y para otras demasiado pequeño, quiero decir que hay que organizar estas cosas europeas u otras semejantes porque los Estados se han quedado pequeños y ahora tienen que agruparse, un tema que es más complejo de lo que parece. Y por otra parte, para otras cosas es demasiado grande, y por eso han surgido problemas con las autonomías. Antes el Estado solo ejercía las funciones de exteriores y de la guerra, pero ahora tenía que resolver infinidad de problemas, con los cuales los municipios y la provincias ya no eran suficientes y surgieron las autonomías dentro del Estado, planteándose problemas muy serios. Pues ese libro que yo escribí hace bastantes años (1955) se ha confirmado… Ahí está condensado lo esencial de los problemas que yo me encontré en la ciencia política, comprobando después que los problemas que tiene España son la Unión Europea por una parte y las autonomías por el otro, esas dos dimensiones.
-El tema autonómico está ahora de moda con el problema del Estatuto catalán.
-El tema autonómico siempre estuvo de moda. Yo fui ponente de la Constitución Española y este fue el tema más discutido y discutible. Yo advertí entonces de los riesgos que había… como está ocurriendo ahora con el Estatuto Catalán y la amenaza que se ha hecho de que no sea aceptado el dictamen del Tribunal Constitucional, que es el que tiene que decir la última palabra. Se está amenazando con una presión sobre el Tribunal Constitucional, para que no cumpla con su obligación de recordar lo que dice la Constitución, guste o no le guste a todo el mundo. Estoy muy preocupado por ese asunto. Y espero que los señores magistrados del Tribunal Constitucional, mantengan sus posiciones.

 -Yo estaba pensado que si fuera Manuel Fraga, que obviamente no lo soy, y si me preguntaran por el libro de mi vida, tal vez diría la Constitución.

-Ah, no, pero ese no es un libro.

-No es literatura, pero es un libro al fin y al cabo.

-No, no, no es un libro. ¡Un libro es un libro! Y lo otro son acciones políticas. He sido muchas cosas en mi vida. He sido ministro de Información y Turismo, ministro de la Gobernación, vicepresidente del Gobierno y he sido miembro de la ponencia del Congreso para la elaboración de la Constitución, pero eso no es  hacer un libro, eso es colaborar con otros precisamente para poner los libros al día.

-Sí, pero, insisto, es coautor de uno de los libros…

-Si hablamos de libros, hablamos de libros, si hablamos de momentos políticos importantes en mi carrera, ese fue uno de los más importantes, no cabe duda.

 -¿Cuál es el último libro que ha leído?

-He leído más periódicos que libros esta temporada, me pareció que era necesario seguir los cambios de este momento, que son muy complejos y muy delicados. Veo que se está amenazando con una presión sobre el Tribunal Constitucional para que no cumpla con su misión de recordar lo que dice la Constitución, le guste o no le guste a todo el mundo. Estoy muy preocupado por ese asunto y espero que los señores magistrados del Tribunal Constitucional mantengan sus posiciones.

-Precisamente usted que es uno de los coautores de la Constitución…

-Pero vuelvo a decir, nos estamos desviando del tema que usted planteó del libro.

-Pues vuelvo a los libros. ¿Cuánto tiempo dedica a leer?

-Mucho tiempo, fundamentalmente periódicos. Ve que tengo aquí todo lleno de recortes. Gallegos, nacionales… Procuro estar informado de todo y hacer llegar los temas subrayados a las personas que yo creo que les puede interesar y que quizá no leen tanto como yo en verano.

-¿Y libros?

-Ahora le dedico más tiempo a la actualidad, porque los libros como es natural… Fíjese esta es una biblioteca que como usted ve ahora está vacía. Estaba llena de libros, pero los estoy mandando, todos los que me parecen importantes, a una fundación que lleva mi nombre con sede en Villalba, provincia de Lugo. Y estoy muy dedicado a enviar libros allí.

Esta biblioteca tiene una historia interesante. Esta casa, como usted sabe, fue volada por el llamado Exército Guerrilleiro do Povo Galego Ceive, un momento muy delicado de nuestras vidas y mi pobre mujer decidió reconstruirlo, pedimos alguna ayuda, que nos la dieron…. Y compró esta biblioteca que estaba en venta de los bienes de Bronston, aquel señor que vino a España a hacer cine desafiando a Hollywood y que triunfó con El Cid, su primera película, y fracasó con La caída del imperio romano, que fue la crisis del imperio de Bronston. Y entonces vendió su biblioteca, que tiene de particular que ahora que yo ya la he vaciado de casi todos mis libros… Como las bibliotecas rusas allí tiene unos libros imaginarios y detrás de eso está el bar. Esos libros que hay allí son falsos.

-Solo tienen los lomos.

-Eso es.

-¿En Madrid tiene con usted sus libros favoritos?

-No, no, los mando todos para Villalba. Como es natural y como es mi obligación. A mí ya me queda poco tiempo para tener libros. De vez en cuando un hijo me pide algún libro y se lo doy, si está justificado, pero los estoy mandado todos a la fundación.

-Tendría miles, me imagino.

-Bueno, bastantes libros.

-¿Es más de lecturas o de relecturas?

-Hago las dos cosas. Pero lo que hago es papeletear bien los libros, porque no tengo tiempo para leerlos despacio y vuelvo después sobre ellos, en las zonas que he papeleteado. Los libros míos están todos papeleteados.

-¿Los subraya?

-No, no yo no escribo nunca en los libros porque esa es una mala costumbre, yo los papeleteo y vuelvo sobre esas cosas.

-¿Y cuál es su novela favorita?

-Leo poca novela en estos momentos. Veo mucha televisión. Estoy muy preocupado por los cambios en la televisión. Tenga usted en cuenta que yo fui ministro de Información y Turismo y me tocó liquidar la Ley de Prensa de 1938, que era una ley de guerra, y hacer una nueva ley de prensa para abrir paso a la transición actual y eso entraña una enorme responsabilidad. Ahora están abusando de la ley de prensa para corromper los valores de nuestra sociedad. Leo y releo los mismos libros con los que he trabajado alguna vez.

En mis discursos de recepción de los doctorados honoris causa he subrayado el concepto de la sociedad y los valores que la ssostiene, estos hoy están en muy crisis en España, yo defiendo que una sociedad sin valores aceptados por la mayoría la sociedad no puede subsistir…

-¿Ayudaría leer un poco más?

-No, no, lo que hace falta es que la gente no considere que los valores no son importantes. No, no, hay que respetar una serie de valores, como se ha hecho siempre.

-Usted es muy aficionado a la historia. ¿Lee muchas obras de historia?

-Leo mucha historia. Es lo que más leo. La historia es maestra de la vida.

-Ahora está de moda la llamada novela histórica, ¿le interesa este género, o prefiere la historia en su formato original?

-No, no, la novela histórica estuvo muy en boga en el siglo XIX, con el romanticismo, ahora se vuelve a ella, pero no es lo mismo que El señor de Bembibre, aquella sí era una novela histórica. Ahora se escriben novelas históricas para defender unas tesis determinadas.

-Hablábamos antes del Cid. Ahora tenemos el caso de Larsson, que triunfa también después de muerto. ¿Lo ha leído?

-El Cid no triunfó después de muerto, siguió triunfando. Y el señor Larsson a mí no me interesa.

-Usted tiene una formación de letras clásica. ¿Le gusta releer a los clásicos?

-Sobre todo en latín. Domino bastante bien el latín, he hecho traducciones importantes. Me preocupan mucho estos incendios en torno a Atenas, se dice que son obra de los especuladores del terreno. Si arde Atenas, arde media cultura mundial.

-Es curioso, ahora que hablamos de Grecia, porque este país, en el que nació prácticamente todo, luego no ha dejado de irse a pique.

-Bueno, una cosa es triunfar intelectualmente, y luego otra… Ya perdió las guerras ante Esparta, pero las ganó intelectualmente. Había puntos flojos en la cultura ateniense también, como es la pederastia. Usted mandaba sus hijos a un profesor y el pago de lo que les enseñaban era que el profesor pudiera beneficiárselos. Tenía sus defectos la cultura ateniense y algunos de los hombres más importantes ya lo advirtieron. Estoy más cerca de Aristóteles que de Platón, por supuesto.

-Por supuesto. ¿Qué me recomendaría? ¿Qué libro hay que leer?

-No me atrevo a hacer ninguna recomendación. ¿Habla usted de novela?

-No, del género que prefiera.

-Creo que hay que leer los ensayos que están saliendo sobre la organización de Europa. Hay varios importantes. Confirman mi tesis de que el Estado se queda pequeño para unas cosas y grande para otras.

-¿En cuántos idiomas lee?

-Yo leo en francés, en inglés, en alemán leo poco porque sé memos aleman, en italiano leo perfectamente, en portugués leo perfectamente. Y no hace falta que diga que en castellano leo la mayor parte, y en gallego también.

-¿Cuál es su favorito de los escritores gallegos?

-¿De los actuales?

-De todos los tiempos.

-Para mí Curros Enríquez es el gran escritor gallego.

-¿Sigue leyendo en gallego?

-Mucho.

-¿De los autores actuales, a cuáles sigue?

-A todos.

-Cuando viaja, ¿se lleva algún libro especial en la maleta?

-No, no llevo libros, llevo los de la actualidad última, pero no llevo libros en la maleta para divertirme.

-Veo que es muy de papel. ¿Cómo ve lo de leer en una pantalla?

-Cada uno tiene su manera de trabajar y yo sigo trabajando con papeles impresos.

-En esta misma serie le pregunté a su sucesor, Alberto Núñez Feijoo, cuál era su libro favorito…

-Acabo de almorzar con él.

-Me dijo «El lobo estepario», de Herman Hesse. ¿Qué le parece?

-Es un libro importante. Una buena novela.

-¿Lo leyó en alemán?

-No, en una buena traducción.

 

 

*Foto: Manuel Fraga en su despacho, por César Delgado.