La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Ya lo he apuntado por aquí en otra ocasión, creo que hablando de la elevación de los cocineros a los altares de la intelectualidad universal. Vivimos, definitivamente y ya sin tapujo alguno, en la era del simulacro: lo que importan no son las cosas, sino precisamente su reflejo en el escenario virtual en el que habitamos. La consecuencia inmediata de esta decisión es que sustituimos la realidad de los hechos y sus protagonistas por su mera representación. ¿Que de qué demonios estoy hablando? De cualquier cosa. Por ejemplo, del funeral de Michael Jackson en Los Ángeles, que es una simple escenificación -no sé de qué- para la que se ha elegido el mismo pabellón deportivo en el que Los Angeles Lakers de Gasol han cosechado su último título de la NBA. O hablo, por citar otro caso de delirium tremens colectivo, de la exhibición circense sobre la hierba del Bernabeu de Cristiano Ronaldo, el mismo tío que hace unos días magreaba (parece ser que sin el suficiente empeño) las carnes de Paris Hilton, otro icono de este planeta virtual compuesto de fotogramas. Se quejó Hilton de que el 9 no había culminado la jugada. Claro, la rubia yanqui no sabía que CR9 es un holograma, un puro simulacro cuyo trabajo no es en realidad jugar al fútbol, sino interpretar el papel que le ha asignado el director de márketing del Real Madrid, y que consiste en vender una marca, un producto. CR, como todos esos fantasmas que desfilan por el fondo de la gruta, digo de la tele, son personajes de ficción. Pero para eso, puestos a elegir un personaje de dibujos animados, yo me quedo con Shin-Chan, que es más coñón.