La Voz de Galicia
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El sumario sobre el asesinato de Asunta Basterra recoge una declaración en la que la madre de la niña relata al juez los reproches que le hacía su exesposo a propósito de su nueva relación sentimental: «[Me decía] que le había desgraciado la vida, esto no me lo merezco, estás con un túzaro, ese no es hombre para ti». El documento publicado por La Voz fue recogido el mismo día por el programa estrella de la televisión matinal, cuya presentadora preguntó inmediatamente qué significa túzaro.
Estamos ante una de esas palabras gallegas que se incrustan con absoluta naturalidad en el español que se habla en Galicia, de forma que el hablante no percibe que está usando un préstamo.
Túzaro, femenino túzara, tiene la variante tuzarón. Sus acepciones pueden resumirse en dos: ‘Huraño, hosco, insociable, de difícil trato’ (Es un túzaro, se fue sin despedirse) y ‘bruto, zafio’ (En el piso vivían unos túzaros que lo dejaron hecho un desastre).
Este texto de Torrente Ballester da cuenta de la presencia de túzaro en el español literario: «Lanzarote ponía esa cara de túzaro que ponen los racionalistas ante el misterio, esa cara de cabreo de quien no puede cabrearse con nadie y la toma contra quien ve más que él» (La saga/fuga de J. B.). Cunqueiro también tiene túzaros en su obra en castellano («había un rey, un túzaro sombrío y esquelético…»).
El origen de túzaro no está claro. Corominas lo relaciona con un grupo de voces entre las que está tozudo, y Xosé Lluis García Arias, en Arabismos nel dominiu llingüístico ástur (el bable usa tuzarón: ‘toscu, bruscu, enfocicáu, mal enseñáu’), no descarta su relación con un topónimo bereber, Tuzar, en Túnez. Quizá esté más acertado el Gran dicionario Xerais da lingua, que le atribuye origen onomatopéyico.
Algunas personas tienen escrúpulos a la hora de emplear en su lengua, sea cual sea, préstamos lingüísticos, temerosas de que aquella pierda su carácter y la contaminación la destruya. El temor es infundado cuando se elige con tino lo que enriquece, lo que aporta matices semánticos y se adapta al carácter del idioma de llegada, y se rechazan las masivas incorporaciones acríticas.