La Voz de Galicia
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El verbo sobrecoger tiene dos acepciones. Como transitivo, significa ‘coger de repente y desprevenido’, y como pronominal, ‘sorprenderse, intimidarse’. Relacionado con él aparece sobrecogedor, que como adjetivo significa ‘que sobrecoge’, y como sustantivo, ya anticuado en el uso, da nombre a una persona que coge dinero, concretamente al recaudador, el encargado de la cobranza de caudales, especialmente de los públicos.
Así, por ejemplo, dice el documento de 1291 en el que Sancho IV de Castilla otorga para siempre al monasterio de El Moral: «E mandamos e defendemos que ningun cogedor nuestro, nin sobrecogedor, nin recabdador, nin otro ome ninguno non sea ossado daqui adelante de demandar yantar nin fonsadera en estos logares». Las relaciones de los hombres con el erario tenían algunos rasgos que aún hoy se conservan. Lo muestra un documento de las Cortes de León y Castilla de 1361, que ya tomaba medidas para que las contribuciones a la cosa pública fuesen a la hacienda y no a personajes de calidad: «Non paguen dineros a los rricos omes nin a inffançones nin acavalleros ssinon en los cogedores osobre cogedores».
El ingenio popular ha encontrado estos días una nueva acepción para sobrecogedor: ‘El que coge sobres, especialmente bajo cuerda y de dinero cuyo origen y posterior vida escapan al control de la Agencia Tributaria’. Un periódico digital se refiere a los presuntos beneficiarios de los pagos de Bárcenas como «los sobrecogedores del Cabrón», apelativo cariñoso este con el que, al parecer, llaman a aquel creso sus amigos y parte de sus enemigos. El asunto de los sobres ha sorprendido a los hipotéticos sobrecogedores con los pantalones por los tobillos. Y se han quedado, como el resto del país, sobrecogidos, en el sentido de sorprendidos, intimidados. Aunque también podría aplicárseles el adjetivo con otro significado que el pueblo anónimo empieza a dar a sobrecogido: ‘cogido con sobre’, es decir, con las manos en el pan.
Ojalá que todo fuese un mal sueño o que se demostrase que fue un gigantesco equívoco. El país lo agradecería.