La Voz de Galicia
Seleccionar página

Alonso se quita la balaclava

Cuando terminó de dar la vuelta previa a la carrera de Austin, Alonso se apeó de su coche y se despojó del casco. A continuación, el locutor explicó: «Alonso se quita la balaclava». Hacía referencia a una de las prendas cuyos nombres están relacionados con un famoso episodio de la guerra de Crimea o con sus protagonistas.
Aunque tiene algún uso en español, balaclava no aparece en los principales diccionarios. Es un préstamo del inglés, donde designa un cubrecabezas que tiene un nombre más castizo, verdugo. Ciñe cabeza y cuello, dejando descubiertos los ojos, la nariz y la boca. Con una prenda de ese tipo se protegían del frío los soldados ingleses que participaron en la batalla de Balaclava (25 de octubre de 1854), cerca de Sebastopol. En inglés se usa balaclava para nombrarla desde unos años después.
El primer comandante en jefe de las tropas británicas en aquella guerra … Seguir leyendo

Desahuciados

Un escritor que percibía en desahucio la presencia del prefijo des- preguntaba hace unos días por un hipotético ahucio. No existe tal sustantivo. Desahucio es la acción y el efecto de desahuciar. Desahuciar está formado por des- (que denota negación o inversión del significado del simple) y ahuciar. Este, a su vez, viene de afiuciar, evolución de afuciar (‘garantizar, afianzar, avalar’), descendiente del latín fiduciare (‘avalar’).
Ahuciar es un verbo ya en desuso que expresa la idea de ‘esperanzar o dar confianza’.  La inversión de este significado es ‘quitar la esperanza’. Con él nació desahuciar, que Covarrubias definía como «desafiduciar, perder la esperanza de alguna cosa». Por entonces, el desahuciado era «el despedido de todo punto de su pretensión, y particularmente el enfermo de cuya salud desconfían los médicos».
Tres acepciones de desahuciar da el Diccionario. La primera, ‘Quitar a alguien toda esperanza de conseguir lo que desea’: … Seguir leyendo

El que ultima a la vecina…

El título sobrecoge: «Hombre mata vecina e hiere concubina en el ensanche Luperón». El texto apenas dice más: «Un hombre ultimó este viernes a una vecina e hirió a su concubina en el ensanche Luperón, en el Distrito Nacional, en un confuso incidente que la Policía investiga». La pérdida de artículos, preposiciones y adjetivos convierte el primer texto en una de aquellas piezas de oratoria que las malas películas de vaqueros ponían en boca de los jefes indios. La construcción del segundo texto impide saber de quién era concubina la herida. El empleo de ultimar con el sentido de ‘matar’, muy americano, da, por último, un toque de exotismo a la trágica noticia.
A lo que conviene prestar atención para evitar caer en el mismo pecado, y no en el de concubinato, es al «e hiere», expresión que disuena e hiede. ¿O serán y hiere e y hiede?… Seguir leyendo

La corrección de textos

El 27 de octubre se celebró el Día del Corrector de Textos, instituido por la Fundación Litterae, con sede en Buenos Aires, que eligió la fecha por ser el aniversario del nacimiento del humanista y filósofo Erasmo de Róterdam (1467-1536), que llegó a ocuparse de la revisión de textos en una imprenta de Venecia.
La prisa, el descuido y, reconozcámoslo, la ignorancia dejan en escritos de todo tipo su huella en forma de erratas y errores. Los correctores tipográficos y de estilo, que a finales de este mes celebrarán en Guadalajara (México) su segundo congreso internacional, son los profesionales llamados a combatirlos. Es el suyo un oficio al borde de la extinción, que pasa absolutamente inadvertido cuando mejor se ejerce. Sin embargo, su ausencia queda patente en campañas de publicidad, folletos y todo tipo de rótulos y carteles. En la retina de muchos marinos habrá quedado grabado el nombre de … Seguir leyendo