Quizá el marketing político no sirva para ganar elecciones (que se lo digan a Espartaco Quintana o a la niña de Rajoy) , pero sí sirve para animar las campañas. La de Cataluña es muy poco competitiva -según las encuestas, solo queda saber por cuanto va a ganar CiU– y los pronósticos apuntan a que habrá una elevada tasa de abstención, pero sorprende cada día a golpe de vídeo o videojuego.

Primero fue el PP quien acaparó los titulares con un producto «infame», un videojuego en el que su candidata Alicia Sánchez-Camacho cabalga a lomos de una gaviota llamada Pepe para cazar independentistas e inmigrantes ilegales.

El PP tuvo que rectificar, pero ese videojuego ya es historia. Ahora del ocio electrónico se ha pasado al cine erótico. ¿Se imaginan que votar al aburrido Montilla pueda provocar un orgasmo a alguien? Cuesta creerlo, pues según la rama juvenil del PSC (que necesita movilizar a su desmotivado electorado), eso es posible. Vean el vídeo y juzguen.

Los gemidos de esta pieza palidecen ante los que emite otra de las campañas, la de la antigua líder del PP catalán Montserrat Nebrera. Es candidata por un partido pequeño forjado en torno a su persona, Alternativa de Govern. Y busca popularidad con un falso vídeo porno en el que se entremezclan gemidos orgásmicos y un pequeño discurso suyo vestida con solo una toalla.

Conviene recordar que otro partido catalán, Ciutadans, ya desnudó a su candidato actual, Albert Rivera, en las elecciones del 2006 cuando eran fuerza extraparlamentaria.Todo vale para conseguir popularidad en un país en el que los políticos van con cierta frecuencia a La Noria.

Si quieren ir más lejos, ahí van algunas propuestas. Para las próximas piezas, ¿por qué no desnudan de verdad a la señora Nebrera? ¿Y si el próximo vídeo orgásmico del PSC lo protagoniza un hombre? ¿Debe reclutar Alicia Sánchez-Camacho unos cuantos skinheads para que la ayuden en su nueva versión de su videojuego?