La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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La noticia sorprendió al mediodía de ayer, viernes. Uno de los deportistas más laureados de la historia de España, el piragüista gallego David Cal, entraba en política.

Foto de Ramón Leiro

Foto de Ramón Leiro

El de Hío (Cangas) Fichaba por el PP para sumarse como independiente a la candidatura de Telmo Martín en Pontevedra. En un puesto de salida (el número cinco). Salvo cataclismo electoral del PP, será concejal sí o sí. Y su desembarco no supone su retirada. Cal sigue con un único objetivo entre ceja y ceja: los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Si logra entonces una nueva presea, del metal que sea, puede convertirse en una leyenda. Pero quizá esos  hipotéticos éxitos no sean celebrados al igual por toda la sociedad gallega. Ha escogido bando.

Hay tres preguntas pertinentes.

  • La primera es clásica ¿por qué? Él ha respondido en una entrevista a La Voz que va a encargarse de un proyecto deportivo relacionado  con el Lérez y el piragüismo
  • La segunda es obvia ¿Qué le han dado a cambio? De momento, sin datos, solo se pueden hacer especulaciones, pero la mayoría apunta a que el atleta quiere garantizarse su porvenir. Un dato. No le han sobrado los apoyos en los últimos años.
  • La tercera es la más atractiva, ¿dará votos al PP la presencia de Cal?

Enunciada de otra manera: ¿Es David Cal el impulso capaz de dar a Telmo Martín la alcaldía de Pontevedra? En las pasadas elecciones municipales se quedó a un acta de la mayoría absoluta. La batalla por la alcaldía de la ciudad del Lérez va a estar reñida. El PSOE, que sacó seis concejales en el 2007, ha engordado su cartel electoral presentando al actual Delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro. Y el BNG cuenta con el actual regidor, Miguel Anxo Fernández Lores, en el cargo desde 1999.

¿Qué sabemos de Cal hasta la fecha? Es tímido, discreto, no le entusiasman los focos. Ni los paripés políticos. Tuvo conflictos con el bipartito. Tampoco parece a simple vista un gran gestor. Salvo que nos sorprenda, el piragüista de Hío aportará a la candidatura popular cierta notoriedad, pero no creo que consiga votos a paladas. Y Telmo Martín lo sabe. ¿O no?

Tal vez nos podamos imaginar una escena parecida a la protagonizada hace más de veinte siglos por el gran rival de Julio César, Cneo Pompeyo. Este, que se parecía a Rajoy y gustaba de tomarse las cosas con calma, tuvo que tranquilizar a sus compañeros senadores, que le exigían que respondiera a los movimientos del legendario general y política. No les dijo, «joder, que tropa». Les espetó, más o menos, que si daba una patada al suelo de Italia, brotaría un ejército.

¿Habrán pensado en el PP lo mismo? ¿Creen que una palada de David Cal en la ría es un voto? Los vecinos de la ciudad del Lérez tienen la palabra, pero tal vez habría que recordar que Pompeyo dio la patada, no brotaron ejércitos, tuvo que huir. Y a la postre perdió. El puesto y la vida.

Aquí el resultado no será nunca tan dramático, pero si el PP no consigue la alcaldía, habrá muchos que le echen la culpa al fichaje de Cal. Y dirán que fue un error. Que nunca debió entrar en política. Que se ha equivocado. El tiempo lo dirá.