La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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El PP ha abandonado la política de chiringuito -esa que se hace en agosto, que consiste en hacer declaraciones de todo tipo y pelaje desde la playa o el lugar de vacaciones- para emprender una nueva cruzada a lo Perejil. Por todo lo alto.

Su objetivo es Zapatero. Su excusa, Marruecos y Melilla. Su adelantado, González Pons. Y su campeón, como un Cid campeador redivivo, es José María Aznar, que visitará Melilla. ¿Por qué y para qué? Pues se me ocurren diversas razones. Ninguna  sensata. Y me inclino por creer que su presencia tendrá el mismo efecto que cargar un hidroavión con orujo de alta graduación y bombardear con él alguno de los incendios que asuelan Galicia.

Que nadie se engañe. Aznar va a Melilla a provocar (podía llevarse a Trillo). Y a echar por tierra la política apaciguadora (acertada o no, a mí me parece sabia) del Gobierno ante las tocaduras de huevos que, de forma recurrente, perpetra el reino alauita del amigo Mohamed VI a cuenta de los enclaves norteafricanos. La respuesta del PP ya sabemos cuál es, echarle criadillas y patriotismo barato (y dañino).

Un dato añadido: Aznar nunca visitó de forma oficial Melilla cuando fue presidente del Gobierno. Sí ha realizado mítines en la ciudad norteafricana.