La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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Es curiosa y, hasta cierto punto, bamboleante, la política de comunicación de la Xunta de Feijoo. Sobre todo en relación a los temas polémicos, o al menos que pueden resultar impopulares.

A veces (como en la presentación de la tramposa encuesta sobre el idioma en las aulas) faltan conselleiros. En otras se trasladan los anuncios a Madrid ( y a los medios de allí). Y en determinados casos se hurtan las decisiones de las ruedas de prensa. Así ocurrió ayer. Feijoo compareció ante los medios tras el Consello de la Xunta. Habló de diferentes asuntos (incluso la anunciada y aplazada anulación del concurso eólico), pero no dijo nada de la decisión adoptada para renovar los conciertos a los centros educativos que segregan por sexo (y por motivos religiosos) a niños y niñas.

El bipartito había publicado una orden provisional para retirar la subvención a estos centros (vinculados al Opus Dei). Pero no pudo hacerla firme. Y ahora, como en muchas cosas, el nuevo Ejecutivo cambia el rumbo.

El anuncio llegó después en forma de nota de prensa. De tapadillo. Como si la decisión ( contraria en cierto sentido a la LOE, que proclama que no puede discriminarse por razón de sexo) pudiera extrañar a nadie.

Tranquiliza a los padres implicados, satisface a una parte de su electorado (en especial a ciertos grupos ultracatólicos bastante influyentes en la derecha), puede causar malestar en el de los otros partidos y, sobre todo, marca tendencia de sus intenciones en educación y retrata ideológicamente a un presidente que presume de centrista. ¿O no?