La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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Luis Ventoso puntua en su columna de La Voz al Gobierno como si de un equipo de fútbol se tratara. Reproduzco a continuación sus calificaciones  de la temporada del  Moncloa F.C.:

Solbes: El veterano líbero está fondón y mete poco la pierna. Muy lento para llevar los galones de la defensa.

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Sebastián: Lateral fuguillas, trata de llamar la atención con galopadas efectistas por la banda, que acaban con el balón en las leiras. Aspira a hacerle la cama a Solbes y ser el jefe de la defensa. La afición se persigna con solo pensarlo.
De la Vega: Luce aún el brazalete de capitán y es la encargada de transmitir en la cancha las indicaciones del míster. Pero se aturulla y su fútbol se ha vuelto muy obvio. Le falta imaginación.
Chacón: Aunque todavía no había demostrado nada, el entrenador pensaba en ella para darle la capitanía. El problema es que en su primer gran partido ha metido un golazo… ¡en propia meta!
Bibiana: El míster sacó a la canterana para distraer al público con una cara nueva, pero está muy verde para Primera.
Rubalcaba: Es como Maldini o Valerón, pesan los años pero queda la clase. Aún sigue aguantando del equipo y conoce los resortes del juego subterráneo.
Mercedes Cabrera, Bernard Soria, Elena Salgado: Ven los partidos desde la grada, porque en realidad no tienen de qué
ocuparse.
Molina: Tiene clase, pero apenas le pasan balones.
Cristina Garmendia, Beatriz Corredor: ¿Quiénes?
Magdalena Álvarez: Sale a jaleo por jugada. Pero el entrenador la mantiene como un peaje al influyente Fondo Sur.
Moratinos: El típico centrocampista que habla mucho con el árbitro, pero al que nadie hace caso.
Espinosa: Jugadora de club, de mucha brega. Pero le han dado más campo del que puede abarcar.
Corbacho: Futbolista racial que juega al patadón.
Caamaño: Pocos minutos. No califica.
El entrenador: Prometió juego bonito y la Champions. Sin embargo ha puesto al club con un pie en Segunda. Se le ha subido el ego y sus jugadores andan sin rumbo y desmotivados. Si sigue así, no come el turrón.