La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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No han pasado ni 24 horas y Touriño ha asumido su responsabilidad política. El líder de los socialistas gallegos ha presentado su dimisión como secretario xeral del PSdeG. Es un gesto que le honra. Muy consecuente y coherente. No ha conseguido ninguno de los dos objetivos marcados antes de las autonómicas: revalidar la presidencia y sumar algún diputado.

Era su desafío. O presidente, o nada.  Se acabó su etapa política como actor fundamental de la política gallega. Él ha citado varias causas para la derrota: la crisis, la percepción del funcionamiento del bipartito y errores de gestión. No hay nada que objetar a su explicación, pero yo me atrevo a apuntar una más, que ya he expuesto otras veces aquí: su decisión de no adelantar las autonómicas a otoño. Entonces las condiciones eran, aparentemente,  más favorables para los socialistas.

Ahora su partido queda huérfano de líder y ante una situación complicada (previsible rodillo del PP en O Hórreo; el desgaste de Zapatero en la Moncloa; la marea alta del PP en las ciudades), pero no desesperada: los socialistas controlan dos diputaciones y el Gobierno de seis de las siete ciudades gallegas (casi todas en coalición). Han recibido un torpedo y están tocados, pero aún no hundidos.