La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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La presidenta del Parlamento no será diputada la próxima legislatura. No va en las listas del PSOE por la provincia de Pontevedra. Ni en puestos de salida ni en puestos decorativos. Por obra y gracia del PSOE vigués, que quería colocar a Abel Losada (actual jefe de gabinete del presidente de la Xunta) como número dos.

En el juego de las sillas, una vez sentados Touriño, las conselleiras María José Caride y Carmen Gallego, los líderes del aparato socialista en Pontevedra, Arousa y Vigo dictaron el ritmo del baile. Y no quedaba butaca libre para Dolores Villarino, que ni podrá despedirse públicamente desde la Cámara.

Le cortaron la cabeza (política). Y nadie armó un drama. Más bien todo lo contrario. Sobre el escenario, aplausos, alguna lágrima de la decapitada y el discurso de consolación por parte del verdugo. Según publica La Voz, el propio Touriño prometió a Villarino -una economista que tiene 64 años, llevaba en O Hórreo desde 1997 y es uno de los rostros más reconocibles para la ciudadanía- seguir contando con ella para otras «tarefas» aún no determinadas.

Por su edad, y por la decisión de su partido, será difícil que siga en primera división de la política gallega (suena para un puesto en el Consello de Contas). Sin duda, llamará mucho más la atención saber quién la sucederá al frente del Parlamento (una institución clave y fundamental).  Una vez más, se confirma que las presidencias de cámara (incluso las que se ejercen con mucha energía e impulso) son como el cargo de seleccionador de fútbol. Una vez agotadas, no hay futuro.